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Hay ciertos momentos casi imperceptibles al escuchar el trabajo de una banda; constituyen una suerte de veredicto crítico a la música. Son instantes en donde uno pone real atención y concentración (incluso inconscientemente), para luego dar a luz un inevitable juicio respecto de lo escuchado. Es el proceso del auditor, algo radical en la percepción auditiva que funciona como la puerta de entrada a eso que llamamos “gusto personal”. Justamente es en este proceso en el cual uno puede captar, de buenas a primeras, la intención de un disco, algo así como la energía con la que fue hecho y, de paso entender el mensaje, que por cierto no es único sino que es parte de la subjetividad.

Con Attack, Decay, Sustain, Release, el debut como dupla de James Ford y James Shaw, lo percibido es una opción que tiene un par de aristas interesantes: Dar prioridad a la calidad del sonido por sobre las melodías pop y jugar con ciertos conceptos que no necesariamente son “entendidos” por los auditores. Y es que Simian Mobile Disco es un dúo electrónico en el que sus miembros optaron por probar derechamente en el mundo de las máquinas y del dance (dando un giro estilístico a su pasado como Simian, a secas). Tanto es así que en este debut de la dupla se respira un aire nostálgico que remite a los albores de la década pasada, en donde el house era la vanguardia de la música electrónica para pista de baile. En este sentido, SMD juega con elementos específicos del house europeo, ya lo dice el nombre del disco haciendo referencia a lo envolvente de la síntesis, como también lo estrictamente sonoro con su constante guiño al característico sonido de máquinas míticas 808 y 909.

Pero ya que se está hablando de procesos auditivos y de opciones debe haber una pregunta que cierre el ciclo: ¿optaron bien? Si la apuesta de esta dupla era crear un resultado peculiar, privilegiando la calidad del sonido en su propuesta por sobre lo melódico, la respuesta perfectamente podría ser negativa. Y es que en Attack, Decay, Sustain, Release uno cae en una especie de trance imitativo del sonido “acid”, que finalmente no es tal.

Si de hacer bailar en un club o una disco se trata puede ser más valioso poner a rodar los clásicos del house anglo antes que el debut de SMD. Eso está claro. Los temas pueden ser bailables, pero hay cientos de otros que los superan y en tal sentido se desprende que el dúo apostó más por crear una obra para el deleite sonoro, ese que se experimenta en la individualidad que brindan los audífonos, y no para las masas de gente bailando entre cuatro paredes.

De los tracks de la placa se puede decir que ‘Its the beat’ es el tema perfilado para ser single, con un sonido eurobeat envolvente que funciona a ratos pero que no emociona. “Hustler” se vuelve un poco más interesante con su pureza electrificante respaldada por una melodía vocal electroclash, que bien puede funcionar para menesteres danzarines. Pero vale la pena decir que no hay gran disimilitud entre un track y otro y, aunque están individualmente bien logrados, no alcanzan el clímax que a ratos se hace necesario.

El debut de SMD es un revival bien logrado. Esto los tiene en la punta del hype europeo; no es mucho más que eso. Attack, Decay, Sustain, Release es un disco que en ningún caso se puede catalogar como “malo”, pero sí de “prescindible”.