Aparecido en marzo de 1995

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Uno de los principales atractivos de Wild Love es el de reunir tópicos domésticos desde un punto de vista diferente. Bill Callahan (alias Smog) expone algunas de sus mejores canciones desde un ángulo intimista. En su segundo álbum, aflora su “talento para narrar emociones complejas con palabras simples“, según Jim O’Rourke (Gastr Del Sol, Sonic Youth), quien aparece aquí en una de sus primeras colaboraciones junto al californiano.

“Bathysphere”, retomada luego por Cat Power, abre Wild Love con una de las primeras barreras que sufre este amor salvaje en su lucha por la libertad (leitmotiv del álbum). La interioridad choca con el mundo de manera brutal. A través de la historia de un niño que sueña buceando en escafandra bajo el mar, Callahan refleja las pequeñas castraciones cotidianas: “Mi padre me dijo no puedes nadar / y nunca imaginé el océano de nuevo”. Ello apoyado por una guitarra sinuosa que fluctúa como las olas hasta reventar en distorsión.

El sonido de tuba y los coros insistentes ayudan a dar una visión náutica de la historia con percusión metronómica y contenida: “Y si el agua corta mi lazo déjenme libre, no me importa / seré el navegante perdido / mi hogar es el mar”. Estos versos grafican una búsqueda inusitada y nihilista como para que sea natural en un infante (a menos que sea hijo de Cocteau o Sartre).

“Wild Love” sigue en esta senda, con aires oníricos de teclados: “Alguien cortó de cuajo mi amor salvaje“, y es la primera de una seguidilla de temas cortos que continúan con un disonante “Sweet Smog Children”, donde el autor (o creador) busca tocar sus creaturas en una actitud angustiada. Es notable el uso del pizzicato para lograr este efecto.

La bella introducción instrumental de “Bathroom Floor” da cuenta del recién estrenado gusto de Jim O’Rourke como arreglador de cuerdas. Con elementos minimalistas (un continuo en este álbum), Smog arma un cuadro que logra absorber. “The Emperor” suena a una canción de navidad destartalada, y demuestra la simpatía de Smog hacia descontextualizar y transformar conceptos cotidianos.

El hecho de que el infierno sean los otros se expresa en “Limited Capacited”: “Odio el color de mi piso luego de que caminaste sobre él / tienes muchas mentiras blancas, pero yo tengo una capacidad limitada”. “It’s Rough” vuelve a las guitarras y la electricidad: “Es duro sobrevivir / últimamente mi mente se siente como un vidrio / listo para ser destrozado“.

“Sleepy Joe” posee un sonido denso y es una de las tres canciones compuestas junto a Cynthia Dall, además de “Bathroom Floor” y “Prince Alone in the Studio”. En esta última, ambos inventan una suerte de ópera rock riéndose de la manía de Prince y su perfeccionismo en el estudio de grabación. Se destaca lo dramático de la escena y la ironía de ésta.

“The Candle” grafica la dificultad del deseo: “Yo estaba en su cuerpo, él en su mente / yo la agredía, él la poseía / yo estaba ahí todo el tiempo, mientras que él se había ido”. La orquestación recuerda el uso que Bjork y Mùm hacen de las cuerdas. “Be Hit” continúa en el flanco de las mujeres: “Todas las chicas que alguna vez amé, querían ser golpeadas / y todas me dejaron porque yo no lo haría”. El humor y las imágenes fuertes son parte del imaginario de Callahan. Este es uno de los pocos temas lo-fi de Wild Love.

Smog, junto a Daniel Johnston, Beck y Lou Barlow (quien versiona “Be Hit” en vivo), inauguró el género de la baja fidelidad y buenas canciones. Por ello el gag sobre la obsesión de Prince, que se traduce en una soledad que naufraga a medida avanza la noche: “La cena se quema en el horno pero no le importa / a las 4 AM logra fijar el track / y se siente mejor que cualquier cosa alguna chica podría darle”.

“Goldfish Bowl”, con sus teclados anticuados y new wave, es el broche de oro de Wild Love, acompañado por el cello de Jim O’Rourke. La canción contiene una de las mejores letras de tedio y ahogo en la convivencia en pareja: “Con todos tus consejos sobre salud y tus arranques de culpabilidad, no puedo ni siquiera comer / me miras como un rapaz (…)/ Este departamento es tan pequeño / ¿Cómo puedo esperar que mi amor salvaje crezca? / Es como pescar en una pecera”.

Con Wild Love, Bill Callahan se confirma como un songwriter de excepción. Su prolijidad a la hora de elegir recursos para adornar sus historias es abismante, siempre con resultados insospechados. Más maduro que Julius Caesar (1993, Drag City), y aún cándido y vital frente a los más conocidos Red Apple Falls (1997, Idem) o Supper (2003, Id), Wild Love es uno de los discos más intensos y exploratorios de Smog.