Stars of the Lid – And Their Refiment Of The Decline (Kranky) Oscar Martínezmayo 22, 2007Discos31 comentarios ¿Por qué el tiempo les dio la razón? O mejor dicho, ¿por qué demoraron tanto? Esas pueden ser las sentencias finales luego de pasear por dos interminables horas de gélidas aguas, cielos grises y espesa niebla que proyecta And Their Refiment Of The Decline, el nuevo trabajo del dúo Stars of The Lid. Para que esto nuevamente sucediera tuvieron que transcurrir 6 años, en los cuales Brian Mcbride y Adam Wiltizie se alejaron tanto física como musicalmente. El primero vive actualmente en las cálidas costas de California, mientras que Wiltizie se pasea por las angostas y heladas calles de Bruselas. También se distancian en sus proyectos musicales; Brian tiene una carrera solista en ascenso y Adam se mantiene vigente junto con Cristina Vantzou en la propuesta audiovisual The Dead Texan. Al ver estos datos se pensaría que los tejanos se separaron inevitablemente. Todos estos años, kilómetros y música a espaldas no sirvieron para enterrar esta propuesta, una de las más importantes de la música drone y ambient de detalles mínimos. Pero aún así se nota la distancia entre estos dos personajes y eso es una de las cosas más rescatables de este nuevo trabajo. Para algunos esta conjunción perfecta de sonidos aletargados, soñolientos y dispersos, puede trasmitir sensaciones de tristeza, desolación; para otros llegan a ser emotivos, incandescentes y evocadores, interpretación que se puede lograr gracias a los estados mentales a los que permite llegar. Todo esto es posible debido al hedonismo de Mcbride y Wiltizie, dos hombres que ahora transitan por veredas distintas que, al hacer un cruce de visiones, sensaciones y emociones con cuota justa en cada composición, obtienen resultados simplemente maravillosos. Cercano a su anterior trabajo Tired Sounds Of Stars Of The Lid (Kranky, 2001), debido a su instrumentalización y alejado definitivamente de álbumes construidos durante la década pasada, And Their Refiment… se transforma en el disco más orgánico y experimental de SOTL. Con guitarras que se pasean por el aire pero que pasan inadvertidas; violines, violonchelos y cuernos de toque celestial, se posan sobre acoples electrónicos y vibraciones que son diminutas pero luego de unos minutos dan la sensación de expandirse y hacerse eternas. Esos zumbidos característicos de la música drone mantienen la base de toda esta estructura y no permiten desfragmentar cada tema, transformándose en una sola obra de larga duración. No existe una definición clara. La armonía es tan perfecta que es casi imposible determinar cuando comienza y termina un tema, gracias a la buena utilización de los silencios, otro de los componentes esenciales de este trabajo. ‘The Evil that never arrived’, track del primer disco, es una cuidosa melodía de vibratos altos y delicados matices que produce un envolvente magnetismo; ‘Even if you’re never awake (Deuxieme)’, de atemporales y aletargados acordes, juega entre la candidez y los sueños quiméricos de igual forma, sustentando por una base hipnótica que no te permite escapar. La perpetua ‘Another ballad for heavy lids’, ya del segundo cd, se presenta como un enigma bastante complejo y difícil de digerir, pero es hermoso por su oleada fría de cuerdas que se incrustan en los oídos, mientras que ‘December hunting for vegetarian fuckface’, mantiene para el final 17 minutos de tensión reduciendo a lo más mínimo ese zumbido eterno en ocasiones y hasta levantarlo a su máxima expresión sin siquiera aburrir ni un segundo. And Their Refiment… es un disco doble con canciones que no causarán terremotos ni catástrofes pero sí moverá el piso de quien lo escucha. Tampoco funciona con amigos o acompañado; se debe oír en los momentos de soledad; un ejercicio vital y necesario si se quiere desconectar del mundo existente y frecuentar por algunas horas al de la imaginación que a veces se nos olvida visitar.