El dúo alemán formado por Ronald Lippok (miembro de To Rococo Rot) y Bernd Jestram ha lanzado su séptima entrega luego de The needle was travelling (2005). Spider smile es el segundo álbum que graban para el sello Morr Music y, de alguna forma, representa un leve cambio de dirección para el dúo hacia un sonido abiertamente más pop, una línea que ya habían trazado en su álbum anterior. Pero dicho cambio de eje no significa traicionar su propia idiosincrasia, un registro elegante y experimental en su momento que se inició con 11/6 12/10 allá por 1996. Después de 11 años apuestan por ambientes más oscuros en los temas en donde predomina la sintetización, como ‘Shirley Temple’ o ‘With Park’, sonidos atmosféricos, lineales y repetitivos haciendo digno homenaje a toda la tradición germana desde Kraftwerk hasta Neu!. Al decidir incluir la voz como formante principal del ritmo, las canciones adquieren un tono mucho más lúdico, sin dejar de hipnotizar, creando estructuras mucho más cercanas al single pero con el aire sugerente que Tarwater ha trabajado desde siempre.

La inspiración del álbum proviene de todas las giras hechas en estos últimos años, de manera que Norteamérica se convierte en un tema-problema que atraviesa las líricas y la atmósfera desde el tema inicial ‘Shirley Temple’, pasando por ‘Lower Manhattan Pantoum’ y anclándose en ‘When Love Was The Law In Los Angeles’. El dúo encuentra el placer en construir melodías sintéticas y subliminales que se van colando en la mente del oidor de manera sigilosa. Los ritmos electrónicos se van acoplando armónicamente a los recursos instrumentales del disco, sobresaliendo una guitarra que, a medida que avanza el disco, va tomando protagonismo y que, probablemente, sea una de las razones por las cuales en apariencia el disco toma forma de single pop.

Pegajoso y dulce como algunos discos de Squarepusher, el disco recuerda bandas “menores??? como Füxa o Labradford, creadoras de pequeñas sinfonías hechas por ordenador y cuyo mayor logro es esa eficacia compositiva, dentro de la simpleza encontrar ese acorde exacto que encanta y que atrapa sin dejar el residuo del pop barato. Elegante y poco pretencioso, Spider smile posee esa simpleza en la composición, pero sumada a una cuidada producción, a un trabajo detallista en la elaboración electrónica de los temas y una precisión alemana para conjugarla con el aspecto instrumental, la voz, la percusión y todos los elementos a los que recurre el dúo para crear esa atmósfera que si bien es suave y melódica, tiene un temblor intenso que se mueve por debajo de cada canción.