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Tiempo hacía que el pop-rock comercial no nos ofrecía una pieza tan perfecta y delicada como The Con. Esta quinta entrega (sin contar los tres primeros discos que realizaron bajo el nombre de PLUNK) confirma la poderosa intuición melódica que las gemelas han ido trabajando desde Under Feet Like Ours (1999), un disco en donde ya se vislumbraba la capacidad de ambas para componer arreglos vocales y de cuerdas tan bien armados, tan precisos y bellos que es imposible no verse atrapado en sus vaivenes. Cada tema en The Con roza la perfección; Tegan and Sara han sabido conjurar una música que se percibe cercana, pero al mismo tiempo va generando una distancia, cálida y fría al unísono, nostálgica pero levemente alegre, melódica por un lado pero con un dejo de extrañamiento por el otro. En definitiva se trata de una convergencia que pocas veces se da con tanta armonía, pues el mayor logro de las canadienses es conciliar los aspectos mainstream de un pop digerible con la sofisticación más aventurera de una música que no teme experimentar con juegos vocales, con ritmos diversos. De hecho The Con no podría haberse hecho siete años atrás, ya que tiene dentro de sí articulaciones demasiado atrevidas para haberse gestado dentro del contexto pop noventero en el que surgieron.

Lo primero que los fanáticos del dúo notarán es que el country ha sido desplazado casi por completo, aunque siempre han sido consideradas como las hermanas menores del indie norteamericano, el dúo pop lésbico para colegialas del margen o fanáticos de songwriters femeninas (de hecho han sido el plato fuerte de los últimos festivales de Lilith Fair). La breve ‘I was married’ que abre el disco, está mucho más inclinada hacia aquel folk que con aparente simpleza conjuga teclados y cuerdas eléctricas sobre las que disponen unas voces sacadas de no sé qué hechizo mágico, vocalizaciones pueriles que te extraen a su densidad. Son cánticos sacados de un cuento infantil, pero sin duda es un cuento oscuro que toma peso en el dramatismo de ‘Relief next to me’. Porque, aunque parezca juego de niños, el trabajo de las hermanas Quin está lejos de ser simple y dulzón. Al contrario, se trata de un par de chicas con una fuerza que está a punto de reventar, que se va tensando en cada punteo de cuerda, en cada palabra proferida desde esas gargantas desgarradas y contraídas. Y es esa mezcla de rabia e ironía la que toma cuerpo en el aire rockero de ‘Hope a plane’, un ritmo softcore que se acelera cada vez que entonan “All i need to hear is that you´re not mine / you´re not mine”. Una intensa pasión que también se libera en ‘Nineteen’, un cántico desgarrado de cómo el amor y la angustia se experimentan en la adolescencia con una pasión desenfrenada. La tristeza de decir adiós, de terminar una relación por primera vez.

Pero en el disco también se abren espacios para sonidos diversos como en ‘Soil, soil’ donde parecieran el lado hype de Cocorosie, al cantar con devoción “All you need to save me”, o el segundo single ‘The con’, que da nombre al álbum; una canción poderosísima que a pesar de estar alineada a un formato hit, está tan firmemente interpretada, con unos riffs de guitarra que descuellan, y posee una estructura tan atractiva que hace explotar de emoción a quienes gustan del poder épico de Arcade Fire o de la intensidad de Editors (en la vertiente menos post-punk de su segundo disco).

En definitiva es el agrado de escuchar buen pop el que hace recibir con brazos abiertos temas como ‘Back in your head’, el primer single del disco, o ‘Burn your life down’, que se sumerge en las oscuridades más densas del folk compuesto por Sara en ‘Knife going in’ o en ‘Dark come soon’, y sorprenderse ante “Are you ten years ago”, un tema complejo en donde se da pie a un rapeo congelante, un fraseo mecánico que se despliega con ferocidad y rapidez sobre unas programaciones cuyos arreglos sintetizados recuerdan la médula tensante de la electrónica de The knife. Es para no creerlo.

Y es así que Tegan and Sara hacen una puntualización en su carrera, un corte que significará un antes y un después. Aunque sería injusto acogerse al azar, porque el acierto de The Con no es coincidencia. Ya en So Jelous (Vapor, 2004) habían logrado construir un disco redondo y bello, sin embargo este nivel de armonía, el despliegue de talento y emotividad es un privilegio al que pocas veces se puede acceder. Y sólo basta buscar presentaciones en vivo de la gira promocional del disco para corroborarlo: pura elegancia sonora.