A veces las cosas no parecen tan complicadas. Cuando no hay preocupaciones y todo es un verano eterno, se escuchan carcajadas a lo lejos, hay olor a jazmín al anochecer y el reflejo del sol en agua hace que se arruguen los ojos con una sonrisa. Cuando eso pasa, debiera estar sonando un playlist con The Clientele.

Como los entusiastas de paseos por el campo que son, The Clientele sigue esa veta muy británica de pop-folk melodioso que tuvo en los sesentas su peak. Sin ser dados a la ironía como muchos de sus compatriotas sino que más amigos de los libros y aficionados al pop elaborado, The Clientele ha provocado en lo que va de la década algo muy parecido al enamoramiento. Todo gracias a sus estampas de sujetos reservados, la voz susurrante de Alasdair McLean y una capacidad que no defrauda para hacer que quienes los escuchen quieran cantar bajito a coro. Su penúltimo disco God Save the Clientele (Merge, 2007) fue uno de los mejores lanzamientos de ese año y este –su quinto disco- de seguro logrará sacar suspiros otra vez.

Con los años The Clientele ha mantenido su sonido idiosincrásico, mejorando progresivamente sus habilidades como multiinstrumentistas. Sigue las referencias a Nick Drake en el trasfondo, pero ahora en Bonfires on the Heath resaltan otras influencias. Refrescantes ecos a Love en Forever Changes (Elektra, 1967) en “I know I will see your face” o una ejecución cada vez más planificada, a lo Left Banke, en la canción que le da el nombre al disco. Nostalgia segura.

A diferencia de álbumes anteriores, el tono alegre de God Save the Clientele desaparece y la vocación de singles espontáneos de Suburban Light (Merge, 2000) está desplazada. Como toda banda que avanza y se afiata con la inclusión de nuevos miembros (Mel Draisey), The Clientele depura su sonido. Los golpes de efectos no son tan claros y la emoción está dosificada en una ambivalencia que va de estados de observación alejada a involucramiento sentido. Así, el disco va de canciones de amor calmas (“Tonight”, “Never anyone but you”), a un par mod-pop-rock (“Sketch”, “Share the night”) hasta singles de intensidad modulada que dejaran satisfechos a los puristas (“Jennifer and Julia”).

Bonfires on the Heath es una versión sopesada de la banda. Rescata los mejores elementos de su sonido y los dosifica sin apuro con un efecto de sedante sesentero. Lo que termina a sonando tanto para The Clientele como para quienes escuchamos como algo muy parecido a estar en paz.

MP3: The Clientele – “Never anyone but you”

VIDEO: The Clientele – “I wonder who we are” (en vivo)
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