The Cure – Seventeen Seconds (Fiction) Rodolfo Garcíaoctubre 29, 2008Discos12 comentarios Editado el 22 de abril de 1980 Tras publicar Three imaginary boys en 1979, The Cure atraviesa por una fase de autocrítica y renovación. Los jóvenes del sur de Inglaterra pudieron editar ese álbum luego de ganar un concurso de bandas, cuyo premio era un contrato con la emergente disquera independiente Fiction. Dicho debut contó con las primeras canciones del grupo, que de Easy Cure mutó su nombre a The Cure, y tuvo una participación activa del dueño del sello en la producción. Three imaginary boys alcanzó buenas ventas y fue aceptado por el respetable, después de lo cual el trío lanzó singles exitosos como “Boys don’t cry”. Sin embargo, Robert Smith se dio cuenta de que estaba harto del sonido de post punk más comercial. Cuando The Cure partió de gira con los más góticos Siouxsie and The Banshees, a Smith le tocó reemplazar al guitarrista de los Banshees, lo que lo tuvo tocando en ambas bandas cada noche. El resultado, en medio de toda la fiesta, fue un Smith que cayó en un autismo profundo, momento en el que comenzó a escribir poemas opresivos y densos, fruto de la angustia que lo animaba. En aquella época aparecen esbozos de los textos que conformarán Seventeen seconds, como “M”, con un desencanto marcado: “Hola imagen, cántame una línea de tu canción favorita, menéate y gira, pero estás atrapada en la luz, todas las direcciones estaban erradas. Te enamorarás de otra persona. Esta noche“. En materia melódica, las canciones de Seventeen seconds fueron escritas por Robert Smith en la casa de sus padres, con una batería programada en un antiguo teclado Hammond del hogar, al que el músico conectaba su Fender Jazzmaster (el icónico modelo usado luego por My Bloody Valentine). “Quise trabajar los temas con la mínima instrumentación posible”, declaró Smith en una entrevista. Las influencias: Nick Drake, Jimi Hendrix, Aram Khachaturian y David Bowie. Inspirado, el guitarrista le mostró las canciones al bajista Michael Dempsey, quien las rechazó. Entonces, pasó a tomar su puesto Simon Gallup (bajista hasta hoy del grupo), más afín a las nuevas ideas minimalistas y densas de Smith. Ingresó también el tecladista Matthieu Hartley. “Algunas canciones como ‘Play for today’, ‘M’ y ‘At night’ ya las había escrito Robert, pero otras como ‘A forest’, ‘In your house’ y ‘Secrets’ nacieron de los ensayos???, señaló Gallup en el libro de la reedición en dos discos de 2005. Canciones como “A forest” surgen a partir de unas pocas notas de teclado repetidas, dándole un toque de electrónica primitivo. Este tema se transformará en un éxito en las discotecas europeas y clubes (Nouvelle Vague lo versiona dentro de sus selecciones de clásicos del new wave, al lado de “Killing moon”, de Echo and the Bunnymen o temas de Killing Joke). The Cure se encierra una semana en un estudio en Londres y para economizar tiempo, dinero y espacio, duermen ahí mismo y trabajan de corrido. El dueño de Fiction, Chris Parry, no puede entrar a las sesiones por petición de la banda, sino hasta que la mezcla está terminada. Espantado en un principio por la clara vocación anticomercial de Seventeen seconds, Parry se alivia tras un par de escuchas y de descubrir el single potencial en “A forest”. “Ya no quería que The Cure fuese una banda pop”, recuerda Smith. ¿Lo logró? Temas como “At night”, con su guitarra con un muro de distorsión, al menos suenan difíciles de incorporar en un ambiente de fiesta o de charla ligera: “Tú duermes, duermes en una cama segura, mullido y protegido, protegido de la vista, bajo un techo seguro, en lo profundo de tu casa, sin darte cuenta de los cambios de noche“, cantaba. El guitarrista había dejado se el joven buena onda de “Boys don’t cry”: abandona a sus amigos de Siouxsie and the Banshees con sus candelabros, para encerrarse a ver fútbol; canta acerca de mujeres que persigue en el bosque, pero que siempre se pierden y utiliza imágenes enigmáticas y herméticas (“Cuando juego de noche en tu casa, pretendo nadar“, en “In your house”). Seventeen seconds es considerado por Robert Smith como el primer disco verdadero de The Cure, como lo que quería lograr con su banda. Este sonido más simple en lo musical, pero más complejo en lo emotivo, será una inspiración para grupos como The Jesus and Mary Chain, Sebadoh, My Bloody Valentine y Dinosaur Jr.