Qué podemos decir de ellos que no se sepa a estas alturas. En una carrera dilatada y llena de vaivenes, pero aún así estable y consistente, Eric Claridge, Sam Prekop, Archer Prewitt y John McEntire habían dado su último giro con el muy correcto y un tanto subvalorado Everybody (Thrill Jockey, 2007), un disco que nació con la intención de agrupar efectivas canciones pop directas y sin sobreproducción en base a bajo, guitarra y batería. Porque su antecedente One bedroom (Thrill Jockey, 2001), había ido por el camino opuesto, al apostar por una producción saturada de elementos electro pop, con resultados un tanto apagados en muchas de sus canciones (salvo “Four corners???, una de las mejores de la historia de la banda y también una de las más experimentales).

¿Y que tenemos ahora? Toda la legión de marcas y subestilos presentes en sus discos previos (The Sea and Cake, Nassau, The biz, The fawn, Two gentlemen, Oui y el ya mencionado One bedroom) se condensan en Car alarm. Se trata de una suerte de lado b -pero de calidad- del anterior Everybody y que llega inesperadamente pronto, si se toma en cuenta la inactividad de la banda entre 2001 y 2007. Un periodo de inspiración, reconocible cohesión grupal y carpetazo histórico a su sonido, que el cuarteto quiso materializar en este nuevo esfuerzo, que aunque está lejos de formar parte de lo mejor de su repertorio, deja con una sonrisa de oreja a oreja a quién busca una dosis de la clásica esencia de la banda.

El primer single, “Weekend??? (ve el video de formato película corta aquí), actúa como el punto gravitatorio del disco, al tener en si la fuerza del beat potente, la etérea voz de Prekop, los acordes melodiosos sobrecargados a la glucosa y el adorno electrónico colorinche pero acertado. Una canción casi perfecta que pese a su vigoroso sonido, parece ser una excelente idea inconclusa, amputada de un desarrollo más acabado, que la podría haber llevado a secciones variadas que completaran mejor la grácil experiencia. “Aereal??? tiene un rasgueo rápido y potente, acompañada de melodías triunfantes y el beat rockero relevado desde el anterior disco: hubiera sido un final redondo, pero al estar al principio del álbum nos presagia un excelente desarrollo, con canciones como “Car alarm???, que sigue la misma senda de “Aereal???, aunque con un sonido un tanto más nocturno y disonante, con guitarras incluso punk. Un caso parecido al de “On a letter???, salvo que esta canción se despoja de las distorsiones y nos entrega guitarras cristalinas, llevadas con el vigoroso beat de McEntire, motórico e incorruptible, como una delicada muestra de la influencia krautrock, presente en muchos de sus contemporáneos.

Por otro lado, “Fuller moon??? y “Windows sills??? tienen una clave easy listening con algo de anfetamina –producto de los rápidos fraseos de Prekop- que las hace sonar correctamente y que al menos logran atrapar la atención sin ser prodigios de canción pop. Mención especial para “New schools???, donde destacan los solos de guitarra desordenados, con acertados feedback y que se desligan armoniosamente de la consonancia de la canción, así como el trabajo cuidadísimo de guitarras y arreglos en “Windows sills???, que se agradecen mucho antes de la caída del disco con “Down in the city??? y “The staircase???, dos recuerdos de la vacuidad del sonido de One bedroom, porque evidencian falta de inspiración y de esa suave calidad envolvente característica de la agrupación.

Al final, dos interesantes cortos tracks electrónicos que experimentan con formas drónicas y repetitivas, “CMS séquense” y “Mirrors” (que cierra el disco con un agradable sonido de abstractas percusiones caribeñas), algo aportan al ser unos simpáticos loops que quiebran el patrón de canción convencional, recordando un poco el trabajo hecho en el ep Two gentlemen. Car alarm trae cálidas canciones directas desde el corazón sofisticado de estos artístas de Chicago y representa un gran esfuerzo discográfico que lamentablemente decae un poco hacia su final, pero que aún así suma positivo.