La madurez no es sólo crecer y cumplir años: implica también llegar a un momento en donde hay que sentar cabeza, casarse y formar una familia. La madurez significa dejar a un lado las dudas post-adolescentes y la irracionalidad veinteañera para dar paso a un momento de aparente plenitud.

Madurez mediante, queda claro que The Walkmen ya no son la misma banda que en sus inicios: lo que se escucha en Heaven es síntoma de un grupo en proceso continuo de crecimiento, donde el quinteto asume sus inquietudes musicales con entereza pero sin perder el rumbo. Sus canciones suenan sólidas y contundentes; sus letras parecen enfocadas en retratar el cotidiano de la banda y su visión de la adultez; y el amor, quizás la temática más recurrente de la música popular, es aquí tratada como un sentimiento a largo plazo y no como un impulso adolescente.

Todo apunta a que Leithauser y compañía tomaron en cuenta los desaciertos de You & me (2008) y, despojándose de la modorra de Lisbon (2010), han decidido enfocarse en hacer lo que mejor saben: un álbum de canciones (adultas) memorables y emotivas.

Grabado durante el décimo año de existencia de la banda, Heaven condensa la amplia paleta de sonidos que el quinteto ha desarrollado desde su formación: la urgencia post-punk (“The love you love”, que profundiza la visión del amor como una perspectiva), las melodías cavilantes (“Dreamboat” o “Southern heart”), ese acostumbrado homenaje a la canción popular melodramática (“We can’t go beat” parece sacada de un disco de The Walker Brothers) y, quizás más en este disco que en cualquier otro de su discografía, canciones de halos luminosos y felices (“Love is luck” o “Leigh’s sound).

Sin embargo, es “Heaven” la pieza que refleja mejor el estado de ánimo del grupo: como un corolario agridulce de ese rabioso hit que fue “The rat”, la rasposa voz de Leithauser rememora, libre de culpas y sin rabia, mejores tiempos por los que aún vale la pena luchar (Our guilty age may come and go /Our crooked dreams will always glow (…). Remember, remember / all we fight for).

Quizás por eso Heaven es un álbum que se cuela tan fácil entre lo más destacado del año: es música adulta y reflexiva pero inmediata, que evita caer en clichés o en tediosos pasajes introspectivos. Y aunque pierde consistencia al tratar de resumir la ecléctica y briosa carrera de The Walkmen es, sin duda, su trabajo más maduro. Un disco que, parafraseando el título de éste, lleva a sentirse, al menos en este instante, en el cielo.