El 13 de enero The XX lanzó su nuevo álbum I see you, trabajo publicado por el sello Young Turks. La espera del sucesor de Coexist (2012) fue larga: cuatro años y algunas semanas fue el tiempo que duró la inercia, una pausa necesaria para renovar el sonido de la banda británica.

La sorpresa fue algo normal para muchos tras escuchar “On hold”, primer single de la placa, que fue lanzado en noviembre del 2016. El cambio no solo afectaba al sonido del grupo, sino que el mismo video del sencillo mostraba otro camino estético, más luminoso y colorido. Quedaba claro que The XX estaba apostando por no estancarse y los argumentos para eso quedaron en claro al lanzar el disco.

I see you es no es una reinvención total, sino más bien un encuentro con el equilibrio entre Romy Madley Croft, Oliver Sim y Jamie Smith (Jamie xx). De hecho, es notoria la influencia de este último dentro del disco, acercándose incluso al sonido de In colour, álbum solista de Jamie xx, mucho más dinámico, ascendente e incluso bailable.

Los aparatos de Jamie xx están más presentes que nunca, los samplers no se conforman con ser la base para el bajo y la guitarra, sino que protagonizan las canciones, con la erótica cadencia groove de “Lips” o la potencia electrónica de “Dangerous”. También cambia el ánimo invernal y oscuro de los discos anteriores, por un sonido más ensoñado y letras que toman el amor como una posibilidad, más que como una ausencia.

En cuanto a “Say something loving”, es un track que probablemente se convertirá en single. Quizás en este tema encontramos el aura de lo que la banda quiso mostrar en esta placa. Pop rebosante de poder e inteligencia melódica, para demostrar que el cambio no es algo negativo. The XX se ilumina sin abandonar su hábitat temática, pero con nuevos colores, baladas perfectas como “Brave for you”; reverberación magistral y sonidos atronadores en “A violent noise” o simplemente canciones con alma de himnos como “I dare you”.

Los cuatro años de espera valieron la pena, The XX no se repiten, ni se copian a sí mismos. La evolución es notoria y el resultado brillante, equilibrado, potente y de un valor melódico enorme. Jamie, Romy y Oliver vuelven con un disco lleno de autenticidad, pero sobre todo, lleno de buenas canciones.