Aparecido en 1981

Deceit, es tal vez uno de los objetos más notables y curiosamente más ignorados de la era del post-punk (uno de los períodos más revolucionarios de la música pop). Este es el segundo y último disco de los londinenses This Heat (conformado por los multi- instrumentistas Charles Hayward, Charles Bullen y Gareth Williams). Grabado en un viejo almacén de carne llamado Cold Storage (quizás por esa razón su sonido es tan crudo y cortante), es desde todos los puntos de vista un bombazo, un atentado, un incendio negro magníficamente dirigido a nuestros oídos.

Musicalmente es un ataque directo a las estructuras tradicionales de lo que se conoce como canción en el mundo occidental (ausencia de coros, cambios inesperados de ritmo, incorporación de sonidos de distinta procedencia, creación de texturas a partir de capas que se superponen, etc.) que lo relaciona con el krautrock alemán (especialmente con Faust y Neu!) como antecedente directo y con otras bandas del post-punk como The Pop Group y Swell Maps, que también intentaron crear, a su manera, un nuevo tipo de música de espaldas a todo lo que hasta ese momento se estaba haciendo para graficar niveles de realidad desconocidos o reprimidos.

Por otro lado, desde el punto de vista de las letras, Deceit es una crítica feroz al cruel e injusto sistema capitalista por medio del análisis de su origen y de la ejemplificación de las catastróficas consecuencias que tiene para el hombre y el planeta.

Comienza el disco con el aparentemente inofensivo tema ‘Sleep’, una luminosa canción de cuna que en realidad da cuenta de cómo el hombre cae en el “sueño??? del consumismo (“A life coccooned in a routine of food, stimulus and response???). Luego de esta breve y ambigua introducción, surge ‘Paper hats’, una violenta y fragmentaria composición (una especie de continuación de ‘Horizontal hold’, un espectacular tema del primer disco del grupo) que ridiculiza una guía práctica que repartió el gobierno inglés de la época a la población titulado ‘Protect & survive’ que explicaba cómo sobrevivir a un ataque nuclear.

Después de esta tormenta sónica viene ‘Triumph’, un tema mucho más tranquilo dominado por sintetizadores atonales, que medita acerca de cómo los mensajes bombardeados constantemente por los medios de comunicación se introducen dentro de nuestras mentes (incluso cuando dormimos), modificando nuestros comportamientos. ‘SPQR’ (del latín Senatus Populusque Romanus, o sea, “El senado y el pueblo romano???), es una enérgica ráfaga sonora que recuerda a Gang of Four, en la que This Heat condena a la herencia cultural romana y su concepción de la propiedad privada, señalando que el mito de Rómulo y Remo es la base de la competitividad capitalista (su coro “We are all Romans!??? es de antología).

Con ‘Cenotaph’ (recordemos que un “cenotafio??? es un monumento funerario en el cual no está el cadáver de la persona a quien se dedica) el disco nuevamente adquiere una gélida atmósfera, engañosamente estable. Esta canción, que tiene una percusión seca y machacante, deudora de Joy Division, es un triste y sombrío tributo a la ceremonia anual donde los veteranos de las dos Guerras Mundiales se reúnen para recordarle al mundo que la historia se repite a sí misma, que la tragedia y la violencia son elementos que determinan por siempre el destino del hombre (“The war to end all wars, and the war after that???).

‘Shrink Wrap’ y ‘Radio Prague’ son dos canciones cortas que pueden ser consideradas como bisagras que separan al disco en dos partes (la primera correspondería a la presentación de un mundo en descomposición y la segunda, al espectáculo de su definitiva muerte; la muerte de la muerte). ‘Shrink Wrap’ tiene una poderosa rítmica y contrariamente a ‘Sleep’, manifiesta que el hombre en ciertos momentos se da cuenta de que no puede confiar en los medios de comunicación. Por su parte, ‘Radio Prague’ es una extraña experimentación sonora que mezcla una serie de palabras sueltas, creando un agónico balbuceo que refleja la imposibilidad de la comunicación humana.

Nada de lo anterior sin embargo previene al oyente de ‘Makeshift Swahili’, la canción más agresiva de toda la discografía de This Heat (y una de las más violentas del post-punk; quizás solo ‘Mercy’ de Wire puede acercársele). En ella, Charles Hayward literalmente se destroza las cuerdas vocales, adoptando una especie de bramido grotesco y destemplado que después imitarán los vocalistas de ciertas bandas industriales (la influencia por ejemplo es innegable en algunos temas de Ministry y Big Black). Ahora bien, esta agresividad se debe a que esta canción es un ataque directo al imperialismo cultural de Estados Unidos que a través de su poderío bélico y el dominio absoluto de los medios de comunicación, arrasa con las culturas periféricas del resto del mundo, homogeneizándolo todo (anticipándose al hoy masificado concepto de la globalización). En este mismo contexto crítico, ‘Independence’ es una irónica recitación de la declaración de la independencia de los Estados Unidos, con un extraño fondo musical que puede corresponder tanto a un western como a la música tradicional de algún país asiático. Esta deliberada contradicción entre el contenido y la forma evidentemente relativiza los ideales con los cuales fue fundado ese país (señalando subliminalmente que en su origen ya estaba el germen de la destrucción).

Finalmente, ‘A new kind of water’ y ‘Hi Baku Shyo (suffer bomb disease)’ dan cuenta, como dijimos más atrás, de las nefastas consecuencias del sistema capitalista y de la dominación mundial por parte de Estados Unidos, el Imperio Romano de hoy. La primera (sin lugar a dudas la mejor del disco) nos muestra un verdadero Apocalipsis por medio de una lírica desesperada y de abruptos cambios de ritmo: un mundo caótico que se quema irremediablemente sin la posibilidad de redimirse (“New York, Moscow, Nairobi in flames???) en el cual no es posible encontrar ninguna respuesta (“I don’t know either, what is the answer???). En la segunda en cambio, se pasa del caos y la desesperación al silencio de la muerte. El soñador de ‘Sleep’, despertándose de su pesado sueño, se da cuenta de que la pesadilla se ha hecho realidad, que se ha despertado en un mundo inhóspito y baldío aun peor, que con su apatía y sumisión ayudó a crear.

De esta forma, Deceit más que un increíble disco (que ha influido especialmente a bandas del post- rock como Labradford, Fly Pan Am o Animal Collective), es una advertencia, un llamado a tomar conciencia de los oscuros poderes que operan en nuestro mundo, un grito desgarrador que tiene como objetivo que despertemos del “sueño??? del consumismo y nos demos cuenta del “engaño??? (tal como lo señala su título) en que están sumidas nuestras existencias.

*Todas las semanas revisamos un clásico contemporáneo. Algo para hacer memoria reciente.