Cada vez descargo menos discos, principalmente, por una desconfianza creciente frente al auténtico valor de todo lo “nuevo”. Como siempre hay algo llamativo a lo que se puede echar mano, hemos perdido la costumbre de quedarnos con lo que nos gusta profundamente y atraparlo entre nuestras manos por un buen período. Algo así me ha ocurrido con Tiny Vipers (“Pequeñas víboras”), proyecto de la cantautora Jessy Fortino, quien vive en Seattle.

Las melodías de Life on Earth son inestables bocanadas de viento cuyos ecos construyen nebulosos derroteros en la conciencia. La voz de Fortino, de tonos graves y guturales, es como un faro inestable en medio de la oscuridad: su luminosidad es pareja y sostenida a veces (la primera parte de “Time takes” o “Development”), de brillos muy fuertes en los instantes álgidos (el final de “Dreamer”), y de un fulgor difuso, tenue, casi opaco en la generalidad del álbum, especialmente en la espectrales “Young god” o “Twilight property”. Llena de pasión y sentimiento, Fortino es una especie de sacerdotisa folk que vaga por terrenos yermos y umbríos con la compañía solitaria de su guitarra, a través de canciones extensas, extenuantes si les quiere seguir palmo a palmo.

MP3: Tiny Vipers – “Dreamer”

VIDEO: Tiny Vipers – “Development”

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