lucho2.jpg Definitivamente, despertar a las ocho de la mañana, y caminar por la calle mientras todos van a sus labores, escuchando a un desaforado cantar a todo pulmón “Yo siempre he querido droga droga droga??? con un fondo de rock-a-billy obsesivo con teclados, saxo y un toque punk, puede ser más que cómico, sobretodo cuando las palabras dirigidas a una escolar son descaradamente insinuantes (“No te das cuenta que no voy a aguantar / se acerca despacio y te convence bien???). Es lo que ocurre con la canción titulada ‘Droga’, que cierra el corta duración Son Tus Armas (2005), uno de los dos editados por Tío Lucho con anterioridad a Cabrón de Jungla (2006), su debut en Algo Records. Juntas, las canciones de estos dos EPs suman 12, y cierran la etapa inicial del grupo, cercano en cierta medida a Ramíres! y Guiso.

Quienes hayan asistido a algunos de sus numerosos shows en vivo habrán podido percibir que Tío Lucho es para ir por un buen rollo de fiesta con un público cool y participativo -sin coartadas intelectuales. Las letras mezclan vivencias del underground con la angustia urgente, existencial y divertida de su protagonista, y a veces rayan en lo tragicómico (“Inhalé, inhalé, en tu carita también / con una anfeta molida no me pega de verdad como quiero yo???). Las acompañan una sección instrumental firme (batería, bajo, saxo y guitarra) que propone una sicodelia punk intensa y enérgica, más en la veta del Nick Cave de Birthday Party que de Spacemen 3. La ejecución es precisa y encadena grooves repetitivos que van calando poco a poco en tu conciencia, hasta reventar en ritmos imparables y con líneas instrumentales en todas las direcciones.

Si bien Pixies y Pánico vienen inmediatamente al espíritu (el grupo participó del concierto tributo a la banda de Edi Pistolas y Carolina Tres Estrellas), Tío Lucho posee ese toque de rock’n’roll perdido en los barrios, al estilo del rasposo Tom Waits, y de unos The Doors que hubieran nacido en la época post punk, y con un vocalista menos egomaniaco que lanzara mensajes subversivos como “¡Suéltala ahora, verde maricón!???, con referencia a una joven detenida violentamente por la policía. Demás está decir que Tío Lucho es la banda sonora ideal para la revolución pingüina, con miles de escolares desordenando el sistema, luchando por lo suyo.