Violent Femmes – Hallowed Ground (Slash) Edmundo Velosoenero 2, 2008Discos9 comentarios Publicado en 1984. Al igual que R.E.M., sus contemporáneos Violent Femmes establecieron en sus dos primeros discos muchos de los cimientos donde se construiría el rock independiente de los 20 años siguientes. No hay que olvidar, por ejemplo, que una de las primeras comparaciones que se le hicieron a Pixies fue con ellos. Al mencionarlos, la asociación más recurrente es ‘Blister in the sun’, ‘Add it up’, ‘Gone daddy gone’ y en general todos los temas de su primer disco. El status de culto que se le ha dado ha opacado por completo el resto de su trabajo, y la víctima más directa es su segundo disco, Hallowed Ground (Slash). En uno de los vuelcos más interesantes de la historia del rock –comparable al cambio de los Cure del Three Imaginary Boys al Seventeen Seconds – todo el ingenio, la ironía y el desenfreno adolescente que desborda en su primer disco, son reemplazadas por angustias existenciales e imágenes bíblicas y oscuras, algunas con carácter altamente perturbador, como en el caso de la canción que abre el disco: ‘Country death song’. Basada en una historia verídica, ocurrida en 1862, ‘Contry death song’ cuenta la historia de un hombre que pierde la cordura y lanza a su hija dentro de un pozo, terminando por ahorcarse en el granero al ver la atrocidad que ha cometido. Nada de picardía, nada de euforia. La forma en que Gano da vida a este relato es inquietante: “(…)I led her to a hole, a deep black well/ I said make a wish, make sure and not tell and/ Close youre eyes dear, and count to seven./ You know your papa loves you, good children go to heaven. / I gave her a push, I gave her a shove./ I pushed with all my might, I pushed with all my love./ I through my child into a bottomless pit./ She was screaming as she fell, but I never heard her hit(…)”. Una vez terminada esta historia macabra, Gano nos cuenta como la lluvia le hace pensar en el suicidio y en los lugares favoritos donde le gustaría que le enterraran en el tema ‘I hear the rain’. En ‘Never tell’, señala haber conocido el infierno y amenaza a quienes revelen su secreto con ahogarlos en el fondo del río y cortarlos en pedazos. Luego de tan Violentas visiones, aparece ‘Jesus walking on the water’ – primer corte religioso del disco – para rescatarnos del mal: “Sinking sand, took my hand, raised me up, And brought me up. I can hold my head up high.” El amor nos inunda y cierra el primer lado con la mejor balada de su catálogo: ‘I know it’s true but I’m sorry to say’, donde el encuentro con la persona amada cumple la misma función que la llegada de Jesús en la anterior: consolar, calmar y acompañar a un alma angustiada y atormentada por las dudas y el miedo. El lado dos comienza con el tema homónimo ‘Hallowed Ground’, y una cita a Oseas 9,7: “The prophet is a fool, the spiritual man is mad, for the multitud of thine iniquity and the great hatred??? (“el profeta es un tonto, el hombre espiritual está loco, por la multitud de la maldad y el gran odio”), donde Gano nos recuerda que no hay escape del mal, y que todo comienza y termina en suelo santo. En ‘Sweet misery blues’, reaparece la picardía omnipresente en su primer disco, esta vez en plan blues, con clarinete incluido y líneas brillantes como: “Yeah, I saw you coming down the street./ I could tell by your look that you didnt want to meet./ So this time, I went away, but next time, Im just gonna have to say, Can I buy you a dress or something?/ Could I buy you some drewery or something?/ Would you go out with me or something?/ Would you sleep with me or something?(…)” En ‘Black girls’, aparecen como invitados los Horns Of Dilemma – ¡con John Zorn en saxo y clarinete! – acompañando el delirio de Gano, quien celebra como le encantan las chicas negras porque son rápidas y como el Espíritu Santo vive en su interior y lo socorrerá en tiempos de aflicción. El disco cierra con ‘It’s gonna rain’, una referencia directa a la llegada del Gran Diluvio, contada en primera persona por Noé, quien ve feliz en la lluvia una señal de que el Señor nunca nos abandona en tiempos de duda. Mirando hacia atrás, ‘It’s gonna rain’ aparece como la versión cristiana de ‘Good Feelings’ – el tema que cerraba su primer disco– donde la invocación a ese buen sentimiento que va y viene en compañía del ser amado, aparecía como una defensa ante la locura y la soledad; experiencias que han inspirado algunos de los discos más brillantes jamás escritos, una lista que incluye tanto al Blood On The Tracks de Dylan como al Closer de Joy Division, pasando por The Lamb Lies Down On Broadway de Genesis o el Disintegration de The Cure. Locura y soledad. Ambas caras de aquella angustia ineludible que nos ha acompañado siempre, completamente inherente al misterio de la existencia. Esa pregunta sin respuesta, tanto aquí como en el Cielo. Sé que lo sabes, Gordon. Amén.