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De seguro, el ritmo de You Say Party! We Say Die! lo han escuchado en varios proyectos musicales durante los últimos cinco años; algunas bandas marginales del femme punk, agrupaciones indie, intentos de revivir el post punk o diversas aproximaciones al rock para reinventar el pop. Sin embargo, y antes de que consideremos a YSP!WSD! como una mera revisión estilística, hay que señalar que seguramente lo más loable de estos canadienses es que nunca se había logrado concentrar todas estas vertientes en un solo y arrollador grito. YSP!WSD! es una banda con garra, con tanto style que le sobra para repartir y, por cierto, con un notable talento para las canciones y las melodías. De hecho es indiscutible que, a pesar de la pose fashion y anti-artística del grupo, su mayor logro sea su música.

YSP!WSD! se cuelga de la ola que Sleatter-Kinney provocó en la cúspide de su carrera, y aprovechando el impulso se da el lujo de reanimar el joven cuerpo fallecido de The Organ, tomando prestado de Yeah yeah yeah`s el vagina-power y conjurar la ironía de Le Tigre. Jugar con los coros sesenteros a lo The Pipettes y hacerse de la energía de una Courtney Love es su época de gracia. En una hábil maniobra, los de Vancouver hacen suya la tradición ochentera, el femme rock de Hole y el desparpajo de Royal Trux. De hecho ‘Opportunity’ y ‘Five year plan’ tienen el ruido y la tensión de la mítica banda liderada por Jennifer Herrera y Neil Haggerty, sumado a unas pedaleras con un toque a lo The Cure, con el ensordecimiento del punk adolescente que hace reventar la batería en cada una de sus presentaciones.

A excepción de estos dos temas citados, el segundo disco de YSP!WSD! se delinea mucho más melódico y limpio, donde los teclados recuerdan al lésbico ‘Grab that gun’. Las voces de Becky Ninkovic son tan fundamentales como las guitarras tensas y rítmicas que hacen ir desde el rock & roll al post punk, pasando por la psicodelia sesentera y las últimas maniobras del indierock con tanta rapidez (y destreza) que la adrenalina comienza a circular con más fuerza por las venas.

De hecho, ‘Downtown mayors goodnight, alley kids rule!’ es tan abrumadoramente pegajosa que es imposible no tentarse a saltar de la silla y bailar con este nuevo dance-punk. En este hitazo la voz pasa desde el espesor dramático de Katie Sketch (The Organ), hasta coros épicos y resbaladizos, coquetos y divertidos, desgarrados. Sin embargo en el single ‘Monster’, en el cual aparece la vocalista disfrazada de caperucita roja, el juego de voces llega a ser una delicada pieza de pop melódico.

Sutil y desafiante, YSP!WSD! saben cómo apoderarse de lo bueno y hacerlo suyo, para conjugar un estilo propio, aunque robado y rearticulado, individual y colectivo; todo al mismo tiempo. Novedoso y pastiche como buen producto posmoderno. Creatividad pura.