Considerado por la crítica como el ‘álbum blanco del rock independiente’ (sic), Sebadoh III es uno de los discos esenciales, no sólo de cuando se editó, ni de su género, si no en planos más vastos. Este álbum destaca por su creatividad y por lo destructivamente emotivo de sus canciones. Antes que Elliott Smith, y después de Nick Drake, Lou Barlow es uno de los genios compositores más relevantes de la música contemporánea.
Desgarrado, tajante, a veces solitario, este intérprete se ganó la devoción y cariño de su público y de gente como Steve Shelley de Sonic Youth, quienes le perdonaban todos los excesos arriba del escenario (patear al resto de la banda, romper sus guitarras con una actitud más de niño que de enajenado) a causa de su eterno corazón roto.
El líder anteojudo con la nariz más reconocible del rock and roll se anota incluso una dedicatoria del songwriter de Lemonheads en un tema de Smudge -reeditado hace poco, también-, con una letra tan divertida y absurda como: ‘Si quieres un espacio en mi vida, tendrás que compartirlo con Sebadoh, así que espero te guste Lou’.
No sólo padre de familia reciente, Barlow ha visto el renacer de su grupo Dinosaur Jr, y sacado discos solistas como Loobiecore. Sebadoh III es uno de sus máximos logros y reúne canciones junto a sus ¿amigos? Jake Lowenstein y Eric Gaffney, con toques experimentales, caseros e implosivos. Dominó es quien se adjudica la reedición de este clásico inevitable.

Escucha:
The freed pig
Wonderful, wonderful
Supernatural force
God told me
y el tema que aparece en la co-producción entre Larry Clark y Gus Van Sant, ‘Kids‘: Spoiled

La gracia es que no trae los típicos left off de los discos dobles, sino un álbum entero extra con canciones emblemáticas como Gimmie indie rock.