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El prolífico trompetista Rob Mazurek es una de las figuras más destacadas de la vanguardia jazzística. Su estilo expresionista le ha valido un sinnúmero de colaboraciones junto a Tortoise y Stereolab y figurar en los principales escenarios de avanzada. Gestor de proyectos como la Exploding Star Orchestra e Isotope 217, el músico se prepara a lanzar lo nuevo de su grupo brasileño, Sao Paulo Underground.

Por Rodolfo García

El trompetista Rob Mazurek (1966, Naperville, Illinois) no musicaliza sus composiciones, las pinta con su instrumento del mismo modo en que realiza los cuadros abstractos y de un minimalismo colorido que ostentan las portadas de sus distintos proyectos. Más conocido por ser fundador del ensamble de free-funk-jazz sicotrópico y radiactivo Isotope 217 -en plena explosión, junto a Tortoise, del sonido de John Coltrane reivindicado en la actualidad- Mazurek ha participado en una lista de otras ocupaciones, como el Chicago Underground (Duo, Trio, Quartet, Orchestra), su grupo de noise rock extremo Mandarin Movie y la Exploding Star Orchestra. Reconocido como una suerte de nuevo Miles Davis, Mazurek tiene el talento necesario como para ofrecer perspectivas arriesgadas e innovadoras en el jazz.

Su posición como artista es la abstracción: aquí la trompeta no ejecuta un fraseo “entendible??? como lo haría Louis Armstrong, con nota que se disciernen y se pueden silbar. Lo suyo es la nota ruidista, impresionista, difusa y superpuesta, con una gran herencia del bebop de Charlie Parker. Ya sea sosteniendo de manera ambiental las notas, a la manera de un trazo largo y minimalista, como los cuadros de Rothko, o en una cacofonía digna de una bandada de catas histéricas, como el trazo expresionista de Pollock, Rob Mazurek prefiere la experimentación a la definición y lo predecible, de ahí su abstracción en concebir su música en base a ruidos expresivos, un poco a la manera de Sonic Youth.

Del mismo modo en que la juventud sónica se valió para hacer música de las técnicas aprendidas de la escuela de arte de Nueva York de donde egresaron (minimalismo, repetición, saturación), Mazurek ha reconocido ante la prensa que sus estudios artísticos han influido en su manera de entender su producción musical. “Cada bocanada en la trompeta se transforma más en un gesto que en la ejecución rígida de una partitura???, ha declarado el norteamericano. De hecho, él se concibe como un artista audiovisual, con evocaciones sensoriales múltiples en sus creaciones. El trompetista ha participado del workshop Sub/Sas en Palermo, Italia, un encuentro multidisciplinario que explora los vínculos entre artistas gráficos, auditivos, paisajistas y arquitectos. A través de este grupo, exhibe pinturas, videos y diseños sonoros en Roma, Copenhague, Bruselas y París, e instalaciones en Helsinki, Barcelona y Toronto. Rob Mazurek ganó la beca de residencia en la Abadía Real de Fontevraud, en Francia, donde desarrolla una pieza multimedia basada en el entorno del recinto medieval, que presentó en mayo del 2005 en el evento Creation Week del monasterio. En 2006, Mazurek ganó la beca Creative Connections para las performances de su grupo Mandarin Movie y este año obtuvo una residencia en La Grande Fabrique, en Francia.

El artista se vale de técnicas contemporáneas y experimentales para crear texturas sonoras, donde la trompeta se funde con los otros instrumentos, como el vibráfono y los loops manipulados por laptop. Mazurek, además, superpone varias capas de trompeta, a la manera en que en el rock se emplean varias de guitarras, creando junto al resto de los elementos un entramado complejo, donde todo se mezcla como en una pintura no figurativa, sino que dedicada al trazo y al color. Las melodías no siguen una trayectoria lineal, sino que se expanden y contraen como un elemento líquido, orgánico y vivo. Aquí se mezclan también sonidos encontrados que generan hipnóticos drones, junto a capas de teclados y a la percusión afrobeat de Chad Taylor, en Chicago Underground Duo, y a la de sambódromo de Mauricio Takara, en el Sao Paulo Underground. Con esta manera tan fluida de concebir la música, Rob Mazurek se inserta en una corriente de jazz de avanzada de la ciudad de Chicago, que incluye a Ken Vandermark (líder de Vandermark 5), a los minimalistas Town and Country, al guitarrista más joven de la asociación de jazzmen de la ciudad del lago, Jeff Parker, y a los artistas de Okkadisc, sello dedicado al rescate del free jazz.

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Avant jazz

Mazurek destacó desde un principio en una nueva generación de músicos que intentaban seguir corrientes distintas al pop dominante. Stereolab, Gastr del Sol, Jim O’rourke, Brokeback, Sam Prekop y Tortoise figuran entre sus primeras apariciones como colaborador en discos, lo que lo ubica de inmediato en el círculo más sofisticado de la avanzada de la época, en los que arte y música confundían sus límites. Poco a poco, Rob Mazurek irá ganando terreno, hasta ser considerado por los circuitos independientes como uno de los jazzistas más destacados del momento, con notas desde en el New York Times hasta en The Wire, y presencia en los principales encuentros de jazz en Europa (Alemania, Suiza, países nórdicos).

Si junto al colectivo Chicago Underground las búsquedas habían sido más acotadas a crear un espacio a través de timbres y disonancias, en Mandarin Movie, formado el 2005, el trompetista explora los desafíos de un free jazz muy ruidoso que incluye guitarras pesadas, con distorsión, atacando todos los espectros audibles, desde los bajos hasta los agudos, en una incandescencia descrita por el autor como “estar arriba del rascacielos más alto del mundo con miles de explosiones alrededor???. El impacto del grupo es avasallador, denso y potente, y logra capturar su propia atmósfera desquiciada. Mandarin Movie incluye a leyendas vanguardistas como Alain Licht, miembro de Angels of Light, y a Lee Ranaldo de Sonic Youth.

Mazurek no le tiene miedo a los viajes ni a lo transcultural. Casado con una bióloga brasileña, no dudó en mudarse con ella al Matto Grosso para acompañarla durante una investigación científica. Una vez allá, fundó el Sao Paulo Underground en 2006, junto al percusionista Mauricio Takara. Este proyecto incorpora elementos del dub, el free jazz, la electrónica y la samba en una visión global de avanzada en su debut Sauna: Um dois, tres (2006, Aesthetics). Este grupo edita su nuevo disco en septiembre próximo por Aesthetics, en un formato de cuarteto con dos percusionistas más, logrando una macumba post ambient, tan tribal como con elementos digitales. Al mismo tiempo, Thrill jockey editó a principios de año el disco de Exploding Star Orchestra junto a Bill Dixon. Rob Mazurek, entonces, es también un músico tremendamente prolífico, pero que mantiene la calidad en cada una de sus entregas, en sus distintas vertientes, desde la más ruidosa de Mandarin Movie, hasta la más actual de Sao Paulo Underground.

Con ello, Mazurek se ha convertido en uno de los músicos más interesantes de la escena del avant jazz, un nombre a tener en cuenta dentro del universo de los sonidos contemporáneos que se atreven por canales expresivos propios. Cuando le preguntaban a Sonic Youth a mediados de los noventa qué estaban escuchando los chicos de su público en Nueva York, respondieron “Jazz, pero un jazz underground, no como Kenny G, sabes???. Se referían a artistas como Mazurek.

Discografía recomendada: Cuadros en la pared

Him: Sworn Eyes (1999, Bubblecore)

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En este disco del percusionista Doug Scharin (alias Him), quien participó de los aplastantemente lentos rockeros de Codeine y de los abrasivos post hardcore June Of ’44, el indie rock muta en dub, electrónica y tropicalia con aires de jazz futurista. Para la ocasión, el batero se sumerge por primera vez en la estela del creador del afrobeat, Fela Kuti, anticipando esa misma influencia de Antibalas y Nomo, al incursionar en las rítmicas tradicionales africanas. Tortoise ya había dado las primeras medidas de un movimiento que reivindicaba al jazz de Coltrane, Sun Ra y Miles Davis, y Him sigue esa senda en este álbum donde convoca a Bundy K Brown (Gastr del sol, Directions in Music), Jeff Parker (Tortoise) y Rob Mazurek, quien es esencial para crear el sofisticado ambiente de nu-jazz del disco, que juega con loops generados a partir de las sesiones de grabación. Mazurek es compositor junto a sus amigos de este álbum, que demuestra el nivel de cooperación existente en el mundo jazzero, donde la improvisación y el pulso son partes integrantes de las composiciones. Ello desde una óptica electrónica que es la que le da la frescura al álbum.

Sam Prekop: Sam Prekop (1999, Thrill Jockey)

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Otra de las apariciones estelares de Mazurek tras sus constantes giras con Isotope 217. Aquí, el trompetista adorna y crea cálidos arreglos para el suave debut de jazz pop del vocalista de The Sea and Cake, Sam Prekop. Isotope compartió giras con Prekop y su banda, y el Chicago Underground Duo (Mazurek más el baterista Chad Taylor) fue su grupo de sesión para estas composiciones intimistas y bellas. La bossa nova es el principal motor dinámico de las tomas, las que adquieren un aire pausado como el show de Prekop en Santiago en el Teatro Novedades el 2003. La producción corre por cuenta de Jim O’Rourke (Gastr del Sol, Sonic Youth), quien demuestra su faceta de graduado en la Universidad de Chicago en composición moderna, adornando a destajo las tiernas canciones de Prekop con pincelazos de la trompeta de Mazurek, las percusiones de Taylor, el contrabajo de Josh Abrams (de los post rockeros minimalistas Town and Country) y la guitarra de Archer Prewitt. Sam Prekop es el mejor disco del estilo de Blue Note que no salió por esta disquera de Nu-jazzeros, como el suizo Erik Truffaz y clásicos del género del cool jazz, sino que por la electrónica y vanguardista Thrill Jockey (Mouse on Mars, Radian).

Isotope 217: Utonian Automatic (1999, Thrill Jockey)

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El segundo disco del sexteto de funk sicotrópico, lisérgico, pegado y radiactivo, con altos niveles de toxicidad auditiva y jazz, quienes vuelven tras un debut de 1996 que dejó a Jamiroquai como un simple aprendiz de sicodelia dub-funk, ya que el trip, el viaje de Isotope es en serio y sin retorno. Las melodías se pierden en ambiguos semitonos que resultan inquietantes y nebulosos con tempos que cambian según el humor de la banda. O sea, se asemeja a un Miles Davis en ácido, tras haber saqueado una tienda de discos llena de Frank Zappa, Fugazi y Aphex Twin. Guitarras distorsionadas conviven con las trompetas de Mazurek, el bajo de Matt Lux, las baterías de Johnny Herndon (Tortoise) y la guitarra de Jeff Parker. Un ensamble radiactivo, Isotope 217 es una banda extraña salida de la escuela de músicos de jazz de la histórica ciudad de Chicago.

Chicago Undergound Duo: Axis and Alignment (2002, Thrill Jockey)

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El Chicago Underground fue un colectivo que poseía desde un dúo hasta una orquesta, pasando por el trío y cuarteto, dependiendo de los músicos de la escena avant jazz de Chicago ligados al proyecto fundado por Rob Mazurek y Chad Taylor. Con numerosas ediciones, lograron hacer renacer una escena compuesta por músicos legendarios como Hamid Drake, de los ’60, quienes publican su material en el sello indie especializado OkkaDisc, los que nutren muchas veces los mejores festivales de Europa (existe una presentación en vivo grabada en Berlín en un DVD de Tortoise junto al Chicago Underground Trio y Drake). En su segundo disco con el Duo, Axis and Alignement, Mazurek, quien compone las melodías en base a métodos modernos de sonidos encontrados, ruidos concretos, loops y manipulación por computadora, se lanza en su aventura más personal a la fecha. Las improvisaciones crean variadas texturas y atmósferas en base a los procesos indicados y a la interpretación de percusiones, trompeta, vibráfono y batería. El sampleo se mezcla con lo orgánico de manera muy bien hecha aquí, en temas como “Lem???, a la par de las aventuras sonoras de Fennesz y Mego. El espíritu de Sun Ra se combina con las exploraciones futuristas del ambient de Oval.

Mandarin Movie: Mandarin Movie (2005, Aesthetics)

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El noise ataca. Con elementos que van desde la destrucción de guitarras distorsionadas y percusiones cavernarias del grindcore, hasta sonidos de trompeta en caos dignos de los de una elefanta en proceso de parto, Mazurek crea un ensamble destinado al caos, la ruina y la destrucción total del género humano. Concebido como un sueño donde en el rascacielos más alto del mundo, todo explota alrededor en discos luminosos, Mazurek emplea a miembros de Angels of Light (Alain Licht, quien toca ahí con Lee Ranaldo de Sonic Youth), Isotope 217 (Matt Lux) y al trombonista Steve Swell. Mike Patton estaría feliz. La banda se gestó al alero del club Tonic de Nueva York, y ganó auspicios culturales para sus presentaciones en vivo. El extremo concebido como arte, de la manera en que las escenas de violencia de David Lynch (Terciopelo azul), podrían serlo. Las fotos de una hermosa actriz francesa en poses histéricas en la contratapa hacen temer lo peor: deconstrucción absoluta, anarquía sonora…Destroy!

Sao Paulo Underground: Sauna, Um, Dois, Tres (Aesthetics, 2006)

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Mazurek se aleja de la neurosis de Norteamérica para viajar al Sur. Su nueva residencia en Brasil junto a su esposa paulista le ha permitido explorar atmósferas ambient mucho más exóticas, al incorporar a su música de texturas experimentales los ritmos y sonidos brasileños. Free jazz, samba, dub experimental se unen en una macumba intrigante con mezclas inauditas e impensadas. Música globalizada, el Sao Paulo Underground une las grandes herencias polirrítmicas de la cultura del bossa y de la investigación en Chicago. El trompetista se nutre de todos estos elementos que va percibiendo tanto en el Matto Grosso, en plena naturaleza y jungla, y en la ciudad, otorgándole este hermoso aire cosmopolita a su debut en este proyecto, al relanzar todo lo que su oído va acumulando en los temas de Sauna: um, dois, tres. Más expansivo y cálido que sus aventuras anteriores, imbuye a la vanguardia experimental de la humedad tropical, quitándole lo rígido, y transformándose en una odisea realmente nueva e inexplorada.