Este lunes 6 de julio murió Rosario Bléfari, cantante, compositora, actriz y escritora argentina, que lideró Sué Mon Mont, Los Mundos Posibles y los influyentes Suárez. Desde los archivos rescatamos una entrevista realizada a Fabio Suárez y a la misma Rosario con el motivo de su fugaz reunión entre el 2015 y 2016.

Foto por Rodrigo Ferrari

La excusa para volver a tocar en vivo fue el estreno del documental Entre dos luces (Fernando M. Blanco, 2015) en el Festival Internacional de Mar del Plata, que también se exhibió en Santiago previo a su inolvidable show en la discoteque Blondie.

“El documental fue bastante movilizador, porque nos veíamos ahí cómo tocábamos juntos—cuenta Rosario Bléfari al salir de un locutorio en Argentina—. Pero no nos imaginábamos que íbamos a tocar nosotros en carne y hueso. Como no hubo un plan eso también lo hizo muy natural. O sea, muy choqueante al principio porque tuvimos que largarnos a esa pileta. Como cuando dices que no te querés tirar porque ‘¡uh no!’, ‘vení, tirate que está lindo’. Entonces así fue. Una vez que estás adentro es lo más normal”.

“Pareció bastante improbable al principio—complementa Fabio Suárez—. Y después se fue dando naturalmente y la verdad es que lo pasamos bien; fue lindo hacerlo, emocionante”.

La historia del documental es mágica porque se juntaron dos factores. Rosario Bléfari había mandado a digitalizar mucho material audiovisual de la banda que no podía ver, porque sus cámaras estaban rotas o perdidas. Muchos de esos registros pertenecían a Suárez. Al mismo tiempo, Fernando Blanco la buscó porque quería hacer un documental del grupo. La condición que ella puso era que no hubiese esas voces expertas de periodistas validando a la banda o gente del público diciendo que ‘es increíble’. “Yo no quería que hubiera eso-dice la cantante- me parecía que se le iba a quitar cierta inmediatez”.

Cuando pasa eso es que no hay mucho material o es difícil de conseguir, pero este era el caso contrario. A los Suárez les encantaba grabarse. Es cosa de ver el resultado final de 88 minutos de Entre dos luces de puro material casero con su música, chistes, backstage y paisajes, que abarcan 5 años de su carrera.

—Porque tú, Rosario, habías tocado sola con otra banda, y ahora tocarías con los viejos amigos de nuevo, ¿qué tal eso?

Rosario: Como solista no tocaba los temas de Suárez. A partir del segundo disco (Misterio relámpago, 2006) incluí uno que otro, como amigándome también con el hecho que eran mis canciones. Por más que yo lo pudiera tocar lo más parecido que pudiera con mi banda solista o tocarla en guitarra, faltaba la química que se produce con las personas que primero hicimos ese tema. Eso es fundamental.

—El documental muestra los dos primeros discos, cuando el sonido era más crudo. ¿Eran por las herramientas que tenían en ese minuto o porque querían sonar así?

Rosario: Un poco de todo, en realidad los primeros discos. En general en el primero, está todo grabado en una porta estudio. El sonido de “Morirían” está tomado de una cámara con la que filmó una amiga mía un show en La Plata que se ve en el documental. Después sacamos los dos canales de la cámara lo pusimos en un canal de la porta estudio o en dos canales; lo mezclamos, le agregamos alguna cosa y lo masterizamos. Ese tema lo podríamos haber grabado de nuevo tranquilamente en la porta estudio canal por canal. No era que no teníamos otra manera de hacerlo. Lo grabé así porque me gustaba y después cuando lo escuchábamos decíamos “¿está bueno? “Sí”.

—Aparte que igual era un sonido más alternativo en los 90s.

Rosario: Nos gustaba cierta textura de la grabación, que donde había más elementos. Es lo que pasa en los dos primeros discos por la guitarra de Marcelo (Zanelli) que es el quinto integrante. Si él se lo propone lo puede hacer, pero no es muy de tocar una figura y repetirla exactamente igual, sino que es más errático. Trabaja los timbres, toca la escala, hace ruiditos. Él se fue antes de Galope (1996), ya ahí tomé yo la guitarra. Yo tocaba la guitarra limpia, como es la de “Camión regador” ese tipo más punk, por decirlo de alguna manera; y después en Excursiones (1999) ya no toco la guitarra entonces se vuelve más limpia todavía. Cambiaron algunas herramientas, pero mantuvimos un estándar.

—Comparado a como es ahora, en los 90s ustedes se editaron por su sello independiente, (F.A.N.). ¿Cómo fue hacerlo en ese momento? Porque ahora el proceso es mucho más democratizado.

Fabio: Era una situación distinta, pero es parecido por los medios que están al alcance. Las tecnologías cambiaron mucho. Probablemente se vio que era un esfuerzo más grande, pero hoy lo sigue siendo de alguna manera.

Rosario: Sí, fue como un método que se impuso. Hoy es casi el único camino salvo algunas excepciones en que puedes ser contratado por algún sello. Siempre vi esto desde el lado del independiente. Nunca tuve la sensación de que había cientos de sellos buscándonos, como las películas que van a los recitales para firmar un contrato.

—Eso es como de Estados Unidos, acá no sucedía.

Rosario: El gran negocio de la música del rock y eso siempre me pareció que era una entrada muy chiquitita y que algunos probaban y estaban invitados por ahí; y en ese momento no estábamos dispuestos a hacer cola y espera a que alguien nos eligiera para algo.

Fabio: En los 90s en Buenos Aires como que aparece, si me acuerdo bien en Santiago, lo mismo, ese pequeño boom de la autoproducción, del hacerlo uno mismo, porque también estaban las herramientas. Uno tenía que hacerlo todo. Desde la gráfica del disco -que no había la misma computadora que existe hoy- hasta que la impresión de discos era más cara. Pero ahora los CDs físicos no son parte fundamental.

Rosario: Pasábamos grabando en la porta estudio y bajando cosas de la cámara, nos encantaba escucharlo. “Nos gustaría editarlo”. Cuando nos enteramos de que eso era posible, me acuerdo de que fuimos cerca de mi casa donde unas señoras que fabricaban casetes y que acababan de traer la máquina de los CDs ¿qué había que tener? Nada, ni factura, casa comercial, ni se necesitaba estar en un sello. Pudimos juntar la plata y eso fue bueno, lo pudimos vender bastante rápido.

—¿Cómo lo hicieron con la difusión siendo independientes? También debe haber sido distinto.

Fabio: Me acuerdo de que llamar la atención o comunicar era muy difícil sin tener que pagar un aviso en un diario de un día que íbamos a tocar, poder estar en agenda, en recomendaciones. Es súper esfuerzo porque había dos o tres medios para todo. Hoy en día nadie tiene en cuenta eso. Directamente las cosas se mueven por otro canal. El diario no tiene hoy la importancia que tenía, de salir o no salir en el diario que tocábamos tal día y toda la fecha dependía de eso.

—Pero igual lograban poner cosas en el diario, ¿debían tener algún periodista amigo?

Fabio: No, porque en la escena existía siempre un periodista que tenía que ir a cubrir. Si las bandas están tocando y tocando, los medios reparan en ellas. Hoy en día ni siquiera se publica en ningún lado, simplemente circula (la información) por las redes y la gente se comunica más. Lo recuerdo como un esfuerzo mucho mayor el comunicar, el visibilizar la propuesta. Se podía no enterar nadie si no utilizabas los tres canales que había para hacerlo.

Rosario: En los cuatro años que veníamos tocando, ya teníamos un público. Todo el mundo decía “¡el disco, el disco! Y entonces ya conocían las canciones. Y en esa época todavía no había donde escucharlo a menos que tuvieras una grabación pirata que grabaste en un recital.

—Entretenido hacer todas esas cosas así uno mismo…

Rosario: Me parece que es un trabajo humano, que también está bueno. Involucrarse en muchos aspectos de la producción de un hecho artístico es muy valioso para una banda.

—¿Por una de esas razones es que se les ve como una banda de culto? ¿Qué opinan de esa denominación?

Rosario: Es algo que nosotros no lo provocamos, ni lo buscamos. A veces uno dice qué significa. Es como una consecuencia. No me molesta. No es “estoy podrida que digan que Suárez es una banda de culto” jaja; o “sí qué suerte, somos una banda de culto”.

Fabio: Cómodo no me siento la verdad, tampoco me llega a incomodar, término medio. Me parece que cuando se habla de grupos hay que tener algunos denominadores comunes o etiquetas, como cuando se habla de cualquier otra cosa. Mejor que digan eso igual. Nosotros tocamos y pasaron como 15 años del último show que habíamos hecho. Para mí es un placer juntarnos, tocar, pasar un buen momento. Nosotros solamente estamos haciendo eso que estaba fuera de cualquier cálculo. Se ve que algunos periodistas se emocionan y dicen esas palabras.

Rosario: Lo que sí nos conmovió en este último tiempo fue que el testimonio de muchos músicos y grupos nuevas que nos dijeron “escucharlos a ustedes fue una forma de ver cómo podíamos hacer lo nuestro”. No por copiar lo musical sino como una manera de hacer. De respetar cierto sonido porque sí, y no porque estás buscando que suene en la radio. Entonces te entregas a buscar un sonido por otras razones más estéticas de encajar en algo. Como también otras bandas de la misma época de la nuestra les habrán mostrado otros caminos, ideas y habrán aportado lo suyo.

Entre dos luces (2015)