Con la excusa de un nuevo disco “Hotel Last Resort”, el décimo en 40 años, entrevistamos a Gordon Gano -vocalista de Violent Femmes- y hablamos de su proceso de escritura, su relación con el público y le contamos que en Chile las reproducciones de su banda se disparan en Spotify.

Desde su primer disco (Violent Femmes, 1983) que los catapultó a la fama con la pegajosa “Blister in the sun” y que trajo al catálogo ochentero canciones tan potentes como “Add it up”, “Kiss off” y la desoladora “Good feeling”, Violent Femmes ha acompañando a generaciones de adolescentes con su tristeza, sexualidad, rabia, celos, ternura, angustia, rebeldía y aturdimiento. Como dicen en “Kiss off”, esa mezcla se fijó a en nuestro registro permanente y este año, en medio de su gira promocional, los pudimos ver en vivo en EEUU. En vez del concierto sucio desordenado que imaginamos, nos topamos con un ambiente tranquilo al aire libre en pleno atardecer de un domingo en la bahía de San Diego, California. Alrededor de 1400 personas que superaban la media de los cincuenta, fueron tranquilamente acomodados por septenarios mientras botes y kayaks con curiosos miraban a los míticos The X que teloneaban. La voz de Gano a veces tortuosa, a veces cínica y divertida con el bajo electro acústico característico de Ritchie y nuevos integrantes, presentaron el nuevo álbum entre los hits de siempre.

–En su show de San Diego el público recibió bien las nuevas canciones, ¿cómo les ha ido con el resto de la gira?
Que bueno que pensaste lo mismo, es interesante cuando el público las escucha por primera vez y te haces una idea de si le gustan o no, o si incluso le interesan. Por supuesto que la gente conecta más con canciones que conoce y que son la razón por la cual la mayoría de las personas fueron al concierto, van a escuchar una canción en especial. Así que es bueno integrar en el repertorio tradicional las canciones nuevas, creo que van bien.

–El público de ese día parece haberlos seguido por años, incluso se siente que crecieron al mismo tiempo. ¿Les interesa llegar a otras generaciones?
Ha sido interesante ver a esa generación crecer con nosotros, pero también vimos por años que el público se hacía más joven. En ese concierto de San Diego en particular, quizás porque tocamos con The X que son mayores que nosotros, aparecieron nuestros fans más viejos… estuvo entretenido. En general hemos sido nosotros los que envejecemos y el público rejuvenece, aunque creo que ahora se ha equilibrado. Se ve a mamás con hijas, papás, hijos… una vez tocamos en una disquería y un papá me dijo “gracias, venir acá y escuchar tu banda es lo único que con mi hijo podemos hacer juntos y que los dos disfrutamos”. Espero que ahora las cosas estén mejor entre ellos, me siento muy agradecido por cosas como esas. Es muy lindo.

–Empezaste a escribir de adolescente, ¿cómo ha evolucionado tu escritura a medida que envejeces?
Definitivamente hay diferencias que han progresado con los años desde mi punto de vista como escritor. Cuando adolescente quería escribir lo que quería escribir y sentía y punto, eso era suficiente. Eso estaba bien también, sólo que con los años empecé a interesarme en cosas puntuales como la poesía y luego pensé en qué música me gustaba y empecé a colaborar con otros. Me gusta saber que tengo más claro lo que quiero, antes de hacer este disco tenía un montón de canciones escritas que me gustaban y que creía que quería grabar, pero pensé, ¿por qué no escribir canciones nuevas no sólo para la banda sino también para mi? Y así lo hice con un par de canciones, una es divertida y la otra no. Eso no significa que no vienen del corazón, salieron de manera natural, pero creo que cuando adolescente no habría podido hacerlo.

–La religión ha estado muy presente en tu discografía, ¿cómo es eso importante para ustedes?
Quizás eso está presente en más canciones de las que puedo recordar, es algo con lo que crecí y es parte de mi vida. En general son sólo imágenes e historias que tengo, me gusta combinar distintos elementos que me inspiran, no creo que yo sea alguien que escribe o música secular o música de cierta manera más religiosa, si es que queremos categorizarlo así, son canciones que salen naturalmente de mi que combinan ambas cosas generalmente con humor, no es mi yo más profundo, juego con personajes e historias religiosas.

–Desde su última reunión en 2016 han sacado dos álbumes de estudio, un montón si tomamos en cuenta que en 20 años han publicado un total cuatro discos. ¿Es esta formación más productiva?
Me gusta mucho nuestra formación actual, pero el álbum anterior fue con Brian Viglione de baterista. Ahora está John Sparrow que ha tocado hace años con nosotros como percusionista. He disfrutado de cada formación pero el verdadero corazón de Violent Femmes es Brian Ritchie y yo. Desde el principio hasta ahora sin importar con qué músicos toquemos, finalmente esto se trata de si nos llevamos bien o no nos llevamos bien, de si queremos hacer música juntos o no queremos hacer música juntos. Y hubo varios años en los que él no estaba dispuesto a grabar ninguna canción que yo escribiera y después de muchos años pudimos volver. Ese es el gran cambio.

–Entonces Blaze Garza, el cuarto músico que tocó con ustedes en San Diego y aparece en algunas fotos promocionales, no es un “nuevo” miembro estable. 
¡Oh! Blaze es alguien con quien disfruto tocar y contribuyó mucho en el nuevo álbum, sus habilidades y creatividad son impresionantes. Con eso dicho… con Brian Ritchie tocamos juntos y suena bien, pero estamos en desacuerdo en todo, incluso sobre quiénes forman la banda. Quizás ahora somos más un trío con John Sparrow, pero aún así consideramos que la banda somos nosotros dos y quien sea que esté tocando con nosotros en ese momento.

–¿Entonces qué te hace volver a Violent Femmes y trabajar con Ritchie cada vez?
Me gusta la pregunta… Creo que realmente hay algo especial cuando los dos tocamos juntos. Hay un sonido, una energía que ha estado desde nuestro primer álbum y todavía está creo. Y tocar con otras personas es distinto, algo me pasa con Violent Femmes, ese sonido y energía que ambos creemos que suena bien es el único lugar donde puede suceder. Nosotros tenemos otros proyectos, hace poco tuve un show y no llegó nadie al teatro, no había una sola persona. Es genial que los que tocan conmigo les gusta tanto la música que no les importa eso, pero no puedes tener un carrera de esa manera, no estaría hablando ahora contigo si solo tuviera ese tipo de shows y no llega nadie. En cambio hay dos o tres generaciones muy apasionadas por nuestra música y si no fuera por eso quizás no tocaríamos juntos en Violent Femmes, sobretodo pensando en que vivimos en partes totalmente del otro lado del planeta (n. del r: Brian Ritchie vive en Tasmania, Australia). Entonces es esa parte muy emocionante creativa y musicalmente, y que muchas personas quieran escucharlo es lo que nos reúne y motiva a hacer esto.

–Según Spotify, Santiago es la cuarta ciudad que más escucha a Violent Femmes en el mundo, hay alguna razón específica por la que nunca han tocado en Sudamérica. ¿Es una decisión o simplemente no se los han ofrecido?
Nunca hubo una oferta que yo sepa. Hubo una vez hace muchos años, creo que fue Greenpeace que hacía un gran festival en Venezuela y estábamos listos para hacerlo y solo un par de días antes se canceló. Así que nunca hemos ido, pensaría que a estas alturas algún festival grande nos habría invitado.

–Ojalá eso cambie. Por último quería preguntar si el single del nuevo disco “Another chorus” es una referencia a “Blister in the sun”. ¿Se aburren a veces de tocarla?
¡No no no! (Risas) Para nada, nunca se me ocurrió eso. La hemos tocado miles de veces y nunca me va a cansar debido a cómo responde la gente con tanta alegría que hace que siempre sea divertido tocarla. Nunca la usaría en mi contra.