El experimentado músico electrónico chileno Miguel Conejeros, aka Fiat600, acaba de lanzar Latinoamerican mall, su nuevo álbum y referencia número 41 del sello danés Clang, casa que antes ha publicado material de otros artistas nacionales con mirada global como Equipo, Mika Martini, Vigliensoni y más.

El recorrido de Conejeros se inicia a mediados de los años 80 con los pioneros del punk rock y new wave chileno Pinochet Boys, para luego ser parte de los más difundidos Parkinson, banda con la que recorrió Chile. Fiat600, etiqueta personal que lo acompaña hasta hoy, supo recoger el espíritu crítico de sus primeros proyectos, esta vez desde la vereda de la música electrónica, que encuentra en Latinoamerican mall una feroz crónica de los tiempos actuales.

“Santiago de Chile, capital de las contradicciones y punto de partida para este mall latinoamericano, que también podría ser el Mall de Latinoamérica, donde todo tiene su precio al mejor postor…”, se lee en parte del comunicado que invita a escuchar lo nuevo de Fiat600, cuyos cuatro tracks de atmósfera gótica y actitud techno parecen musicalizar nuestro caos cotidiano. “Está todo fríamente calculado, nada es muy al azar, el Excel del poder fáctico no contempla el azar”, nos dice Conejeros, insinuando el discurso que le entrega sustento a su nueva placa.

“En esta entrega asumo el papel de un cronista que da cuenta de un lugar y tiempo específico, retratando con mi propio lenguaje musical una visión del entorno, la cotidianidad de lo que me rodea en esta ciudad y construir algo así como la crónica de una época. Momento cronológico que he sentido muy oscuro, lleno de humo y ruido; inquietante muchas veces y también encerrado claustrofóbicamente en un bucle sobre sí mismo”, explica, y luego nos entrega algunos detalles de la producción de Latinoamerican mall: “Por esto, los temas se han construido a partir de atmósferas que no tienen principio ni fin, que simplemente flotan en el ambiente y es la estructura rítmica minimalista e hipnótica la que termina de macerar el caldo”.

En el pasado parte de un movimiento contracultural que se opuso a los abusos de la época, tras una década de residencia en Barcelona Conejeros sigue enfrentándose al “Excel del poder fáctico”, esta vez desde Chile y al interior de su refugio como Fiat600. “Lo mío es la música, el arte, la cultura, entendido esto como un aporte al sentido espiritual y social de nuestro paso por este planeta”, aclara. ¿Cuáles serían las arbitrariedades a combatir en la actualidad? El músico dice: “Desde luego, el gran tema que nos afecta a todos como comunidad es la educación y creo que aportar en este sentido es el acto más profundamente político al cual podemos dedicar nuestras energías. Educar es dar el ejemplo y el ejemplo que estamos recibiendo de parte de los que nos deberían ayudar a guiar la nave al día de hoy es totalmente negativo. Por esto debemos preocuparnos de lo que comunicamos como individuos dentro de un sistema colectivo. Cada uno en su puesto. El experimento capitalista que tan bien se ha instalado está basado en el egoísmo personal, cuyo poder y riqueza iniciales provenían de la esclavitud, el robo y la mentira, puras cosas negativas, y obviamente con fundamentos así nada bueno puede salir de aquello”.

¿Puede la música electrónica ayudar a generar una suerte de movimiento que se oponga al experimento descrito por Conejeros? ¿El “insano gusto por la competencia” denunciado en el disco podría cambiar? Evadiendo las peroratas o discursos, el músico opina que “siendo una obviedad, la música electrónica, electroacústica, pop o lo que sea sirve para ser escuchada, bailada, celebrada, meditada y/o disfrutada. En cuerpo y alma, no para ser aplaudida o venerada como algo ajeno o con fines propagandísticos. Las lecturas las hace cada uno en su intimidad. Para mí, los únicos ‘movimientos’ válidos y que realmente pueden trascender como para generar cambios reales son los que suceden al interior de cada uno de nosotros”.

Fuertes dosis de beats y capas de sonido industrial es lo que nos espera en Latinoamerican mall, cuyos cuatro cortes titulados “Smog”, “Be normal”, “External relationships” y “Controlling”, describen la “cotidianidad antinatural” planteada por Conejeros, a través de ejercicios rítmicos enriquecidos a ratos por locuciones marcianas y ambientes techno. ¿Cuál sería el recinto o club ideal para estos sonidos? “El sistema de sonido y la gente es lo más importante”, comenta el músico, y luego dice: “Me gustan los clubes que ojalá no paren en días, creo que esos son los clubes y eventos que logran generar una atmósfera y comunidad entre los parroquianos y música que trasciende la experiencia a un plano casi místico, a una experiencia colectiva. Me gusta que no sólo sean DJ’s, que también se toque en directo y que ojalá la gente baile o permanezca con los ojos cerrados o mirando a sus pares; no todos mirando hacia la cabina o escenario, que ahí, en general, no hay mucho que ver”.

Ser de los primeros artistas chilenos que se presentó en el prestigioso festival Sónar y con un largo recorrido en sellos/netlabels como Cóndor Music, Epa Sonidos o Pueblo Nuevo, Conejeros ha visto la mayoría de los procesos de la escena musical chilena. Muy pronto (16 de junio en Galería MICH) se presentará junto al artista Rodrigo Vergara en la instalación Dos puertas y un puente para una banda sonora, obra que combina escultura y música, demostrando sus variadas inquietudes.

Sobre el panorama actual de la electrónica en nuestro país, nos dice: “Remitiéndome exclusivamente a los formatos en los cuales yo me muevo, que son la música electrónica y experimental, me parece de un altísimo nivel lo que se esta haciendo: sellos como Clang, Pueblo Nuevo, Epa Sonidos, Panal Records, Diamante Records, Discos Pato Carlos, Pirotecnia, etc. También en música electroacústica hay una tradición de mucho peso que sigue vigente hasta el día de hoy. En provincia empiezan a gestarse cosas muy interesante, como en Puerto Montt o en Concepción. En general, creo que la deuda la tienen los medios, los clubes, las salas y también la prensa especializada, que es prácticamente nula, pues no veo muchos periodistas o cronistas, salvo contadas excepciones, entre la gente que frecuenta los conciertos o eventos que se desarrollan un poco mas subterráneamente. Para poder hablar de escena, todos estos elementos deben estar presentes”.

Escucha y descarga Latinoamerican mall vía Clang. Más abajo el streaming.

Foto: Gonzalo Donoso