Por lo visto, 2020 no está dispuesto a pasar sin hacernos sentir pena cada cierto tiempo. Ni siquiera alcanzamos a asimilar la partida del Maestro Ennio Morricone, cuando nos llega un nuevo gancho directo al mentón desde el otro lado de la cordillera: La cantante, actriz y escritora Rosario Bléfari, radicada desde un buen tiempo junto a su padre en Ciudad De Santa Rosa, La Pampa, ha partido a los 54 años por culpa de un cáncer.

Nacida en Mar Del Plata, se trasladó a Buenos Aires, donde a fines de los 80s formó Suárez junto al baterista Diego Fosser, el bajista Fabio Suárez y los guitarristas Gonzalo Córdoba y Marcelo Zanelli. Apadrinada en sus primeros días por Daniel Melero (quien, según reveló ella misma hace unos meses, confiscó las cintas con las bases de un proyecto previo debido a una discusión sobre poesía y teatro), la banda debutó a fines de 1989 en un bar del porteño barrio de San Telmo y se convirtió en un ejemplo a seguir, tanto por su incorruptible ética de autogestión como por su propuesta sonora, que bebía tanto del rock sónico como del folk y la psicodelia, que mostraron inicialmente en el recopilatorio Ruido (1993, DBN), donde compartieron minutaje con Resonantes, Los Brujos, Tía Newton y Demonios de Tasmania.

A través de su propio sello F.A.N. (Feliz Año Nuevo Discos) editó junto a Suárez los álbumes Hora de no ver (1994), Horrible (1995), Galope (1996), Excursiones (1999) y el single Río Paraná (1999); en 2000, Índice Virgen publicó 29:09:00, un EP con versiones de la banda española Le Mans, que no sería incluido en La Colección, antología de 2005 que reúne su discografía completa en F.A.N. junto a canciones inéditas y un libro con imágenes y textos exclusivos. A través de sus obras, la banda tendió puentes entre la ética y la estética de baja fidelidad, el noise rock más desenfrenado y el pop más o menos brumoso, que tomaría más definición con el pasar de los años, hasta llegar al sonido diáfano de Excursiones, interpretado por algunos como una huida hacia una zona de confort, cuando en realidad solo aplicaban su gusto por las melodías que siempre estuvieron ahí, enterradas bajo capas de electricidad distorsionada.

En la época de Horrible, Bléfari visitó por primera vez nuestro país junto a Suárez, regalando  conciertos que fueron siempre pura actitud, cercanía y corazón, con la banda dejándonos con la boca abierta a cada momento, y enseñándonos de paso, que sí se podían hacer cosas interesantes en este lado del mundo, generando una red de contactos con músicos locales y una fanaticada que les rendía un –justificado- culto cercano al paganismo. El resto de la década pasó entre experimentos paralelos junto a María Fernanda Aldana (El Otro Yo) bajo el alias de Capricornio y giras por España con Suárez, que terminó por disolverse durante el verano de 2001 debido a los diferentes intereses artísticos de sus integrantes.

La carrera solista de Rosario se inició prácticamente después de despedirse de sus antiguos compañeros. Su gusto por la melodía acompañada de experimentación se reflejó en obras como Cara (2002), Estaciones (2004), Misterio Relámpago (2006), Calendario (2008), Privilegio (2011) y Sector apagado (2019), todos lanzados a través de Feliz Año Nuevo Discos. Siempre buscó montar colaboraciones con otros músicos, sin importar la diferencia de edad que existiera entre ellos. Así, entre 2013 y 2016 formó Sué Mon Mont junto a Gustavo “Niño Elefante” Monsalvo (El Mató A Un Policía Motorizado), Marcos Díaz (Bosques) y Tomás “Tifi Rex” Corley (Los Reyes Del Falsete), registrando un refrescante LP homónimo en 2014 por Murmullo Discos y el EP Contratiempo en 2015, disponible solo en formato digital.  Su siguiente aventura fue Los Mundos Posibles, junto a Julián Perla (Mi Pequeña Muerte), que dejó solo el hermoso álbum Pintura de Gguerra, publicado en 2018 por Plastilina Records.

En su faceta de actriz, mantuvo una colaboración recurrente con el director Martín Rejtman desde su debut en el lejano 1986 con Doli vuelve a casa, continuada en filmes como Silvia Prieto (1999), aunque también se pondría al servicio de gente como Mariano Galperín (1000 Boomerangs, 1995), Gustavo Mosquera (Lo que vendrá, 1998) y Milagros Mumenthaler (La idea de un lago, 2017). Incansable, también exploró su veta de escritora con volúmenes de poesía y cuentos como La Música Equivocada (2009, Mansalva), Poemas de los 20 en los 80 (2019, Iván Rosado) y Las reuniones (2018, Rosa Iceberg). A propósito de este último libro, declaraba en su momento que “Los personajes o situaciones de mis canciones son más celebrados, hay cierta exaltación, aun cuando haya zonas sombrías. En cambio, en los cuentos hay más distancia, los personajes van por su cuenta de alguna forma, es como si al tener más tiempo que en una canción pudiera dejarlos vivir un poco, y no solamente tomar lo instantáneo”.

En medio de tanta actividad, el estreno en el Festival Internacional De Cine De Mar Del Plata del documental Entre dos luces (2015, Fernando M. Blanco), que reúne material registrado durante los primeros años de Suárez, sirvió para reunir por primera vez a los músicos desde la disolución. Tanta fue la  efervescencia causada por esta reunión, que accedieron a dar una serie de conciertos especiales en la Ciudad Cultural Konex de Buenos Aires. Aprovechando el impulso, el 14 de abril de 2016 regresaron a nuestro país para un –aún más memorable, si cabe- show en la capitalina discotheque Blondie, donde repasaron toda su trayectoria dejando en claro por qué se convirtieron en una de las bandas trasandinas más queridas en estas tierras.

Hablando sobre su lugar en la música, declaró una vez: “Mi vida del rock no se parece para nada a la de las películas de rock, tal vez porque yo estoy ahí, y soy una mujer y soy la líder de mis bandas. En todo caso, soy la prueba de que hay otro mundo del rock que existe”. El bajo perfil que cultivó siempre apenas le permitía mostrar algunas imágenes en su cuenta de Instagram, donde daba cuenta de su apacible vida lejos de la ciudad. Fue por lo mismo que el proceso de su enfermedad pasó desapercibido para la mayoría, hasta que la noticia del desenlace final nos cayó como un balde de agua fría. Nos queda su entrañable música y su próximo libro, ya póstumo, Diario del dinero (Mansalva), que esperamos ayuden a aflojar el nudo en la garganta que ahora se hace insoportable.

Buen viaje, Rosario. Ni aunque pasen mil lluvias de sombras grises dejaremos de recordarte.

Foto: Rodrigo Ferrari.