Foto: Darinka Osorio

El pasado 1 de mayo, día de descanso laboral para algunos y de reivindicaciones para otros, la cantante y productora chilena Lia Nadja lanzó digitalmente su nuevo disco titulado Zangra, otra de sus búsquedas en los terrenos del pop, la electrónica y el minimalismo lo-fi.

Con siete discos a su haber y una reciente reseña en el magazine Pitchfork junto a Imaabs y Felicia Morales, donde hicieron eco del tema “Extravío”, la artista da cuenta de su inquietud musical a través de 13 nuevos tracks, disponibles para libre descarga desde su página en Bandcamp. Zangra es un álbum que la propia Lia define como “oscuro”, registrado “en diferentes lugares, ciudades, tiempos”, señala. Temas que parten desde la austeridad de una grabadora Sony portátil, cuyos audios obtenidos en cassettes son luego intervenidos a través del software Cubase, una herramienta que la productora ha utilizado desde sus inicios, llevando a cabo un fértil método de ensayo y error.

“Empecé a contar secretos en audios que luego invertía, y todos los sonidos anexos que envolvían mi secreto tenían que decir algo del secreto también”. Parece una suerte de artilugio poético, pero de eso se trata precisamente Zangra, una muestra de sus experimentos con sintetizadores, guitarras y efectos, que a medida que pasan los minutos descubren un complejo y sensible universo. “Luego ni yo recordaba qué había hablado, pero las melodías me evocaban un lugar conocido”, dice Lia sobre su proceso de producción, aunque aclara que lo importante para ella no siempre es el resultado en la sonoridad, sino la importancia de ejercitar y proyectar para algo futuro.

—Creo que encontré un lenguaje sonoro más sutil que las palabras, más detallista y menos tosco que una letra en español diciendo “me siento así y pasan estas cosas”, porque aun diciendo que te sientes como te sientes, hay muchas emociones subterráneas que pueden hacerse presentes y son éstas las que me representan más. Por darte un ejemplo: la duda de cuánto durarán mis sensaciones en mi cuerpo o desear cosas contradictorias que me producen placer—, revela.

Grabación tras grabación en cintas, Lia encontró su forma de proyectar ideas y, por cierto, sacar discos. “Sus pocas letras”, como ella se apura en consignar, parten de un registro donde puede estar su hijo Isai, el ladrido de un perro o un paseo por la playa. En Zangra podemos encontrar tracks como “Peligro” o “Distante”, que están a punto de convertirse en temas tipo “formato canción”, pero al final todo resulta naturalmente experimental.

—Esas canciones son como hermanas perdidas, sé que me propuse hacer “pop” cuando compuse “Distante” y la misma letra lo dice: “soñé que estaba afuera de la fiesta y esta música sonaba y yo no quería entrar”. No sé qué clase de fiesta electro pop era, pero así sonaba en mi sueño. “Peligro” es un tema intenso en el que busqué unas baterías muy potentes para mí, me imaginaba como haciendo música para una fiesta industrial.

Lia asegura que las canciones de Zangra parten de emociones invernales o de la acumulación de inviernos, con temas que “fueron apareciendo como plantas que crecían dentro de mi departamento”, y cuyo formato “posee unos límites bien difusos, ya que siempre sucede que imagino una canción que quiero escuchar, pero que sé que no existe. Entonces me obsesiono buscando algún detalle de su melodía, hasta que empiezo a ver como un brote de la canción y me apuro en llegar y grabar”.

Han dicho que la música de la chilena puede evocar el ánimo experimental de proyectos como Arca o Grimes. Ella dice que algunos de los artistas que la “iluminan” son Jhon Mauss, Robert Fripp, Delia Derbyshire, Brian Eno, Sibylle Baier o Moth Face, del colectivo Cemetery Sister, que el año pasado difundió su álbum Mageia. Le preguntamos si ha escuchado Cranes: “no tanto”, responde. De esta forma, podemos comenzar a trazar un mapa de la música de Lia Nadja, aunque por cierto sus influencias no son sólo musicales.

—Por mi carrera (sicología), leo tantos autores de las ciencias sociales que termino visualizando lo que dicen y fantaseo por ahí un poco. Estoy disfrutando mucho ver películas y fotogramas, también miro mucho arte contemporáneo y nuevas tendencias de estilos, mezclas y reinterpretaciones de estéticas en la ropa, en la foto. También me interesan las fotos y material indígena de distintas culturas antiguas. Creo que estoy en un periodo más literario y visual hace tiempo.

Incansable, aun le queda tiempo para grabar temas de inspiración indie/punk bajo el alias de Naín, donde priman las guitarras y Casiotone. Todo en Lia Nadja es un boceto y en el caso de su último disco, las ideas parecen apuntar al futuro y a la remoción del dolor, a darle cabida a una “educación espiritual” que, según la artista, no necesariamente hemos trabajado. Al mal tiempo canciones, parece ser uno de los tópicos de Zangra, que puede hurgar en lo desconocido o ser el testimonio de un provechoso encierro.

—Y durante el encierro pude hablar de lo que hablaba mi dolor dentro de mí y parte de eso está en este disco. Por eso digo que es oscuro, porque esas voces no eran las que me acurrucaban. A diferencia del Mageia y el Venus, Zangra es lo visible de las heridas—, finaliza.