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Justo antes que termine este muy agitado 2017 empezamos con los necesarios recuentos. Y si bien venimos haciendo este ritual prácticamente desde que empezamos con el programa de radio y luego el sitio web, siempre hay espacio para las sorpresas y, por supuesto, las omisiones de las que nos percataremos sino meses después. Por lo pronto estos son los 45 discos que fueron considerados por nuestro equipo como lo más relevante de la temporada. Álbumes que esperemos rompan la barrera del tiempo y se queden con nosotros durante muchos años para que nos puedan remitir a un año lleno de sucesos como, por nombrar uno, percatarse que buena parte de los elegidos acá han estado tocando en nuestro país. Si nos hubieran dicho eso en 1996 no lo podríamos tomar en serio. Es un buen momento para estar aquí y las cosas están cambiando. Nunca perdamos en cuenta sobre todo eso.

45.

Love in the 4th Dimension (Fiction Records)
The Big Moon

45.

Kelly Lee Owens (Smalltown Supersound)
Kelly Lee Owens

45.

Room 29 (Deutsche Grammophon)
Jarvis Cocker & Chilly Gonzales

45.

Melodrama (Universal)
Lorde

45.

A crow looked at me (P.W. Elverum & Sun)
Mount Eerie

45.

Dirty Projectors (Domino)
Dirty Projectors

45.

Music for the age of miracles (Tapete)
The Clientele

45.

Dedicated to Bobby Jameson (Kemado)
Ariel Pink

45.

Black Origami (Planet Mu)
Jlin

45.

Rest (Because Music)
Charlotte Gainsbourg

45.

God first (Island)
Mr. Jukes

45.

The OOZ (XL)
King Krule

45.

Reaching for indigo (Drag City)
Circuit des Yeux

45.

Utopia (One Little Indian)
Björk

45.

¡Viva! (Mushroom Pillow)
Los Punsetes

45.

Luciferian towers (Constellation)
Godspeed You! Black Emperor

45.

Drunk (Brainfeeder)
Thundercat

45.

Take Me Apart (Warp)
Kelela

45.

World Eater (Sacred Bones)
Blanck Mass

45.

Antisocialites (Polyvinyl)
Alvvays

45.

Mister Mellow (Stones Throw)
Washed Out

45.

Process (Young Turks)
Sampha

45.

Not even happiness (Basin Rock)
Julie Byrne

45.

Laila’s wisdom (Jamla)
Rapsody

45.

Flower Boy (Columbia)
Tyler, the Creator

45.

Sleep well beast (4AD)
The National

45.

Masseduction (Lomavista)
St Vincent

45.

Life will see you now (Secretly Canadian)
Jens Lekman

45.

New energy (Text)
Four Tet

45.

async (Commons)
Ryuichi Sakamoto

45.

I see you (Young Turks)
The xx

Así como la la segunda experiencia en solitario de Jamie Smith, In colours, vino a alterar la monocromía de The xx, I see you -el tercer disco del trío londinense- fue un poco más allá del tropical house que han estado utilizando algunos aristas para sofisticar, por decirlo de alguna manera, su propuesta. Digamos que el disco es más pop, más mainstream, más efectivo. Los sampleos toman un protagonismos que los riffs de guitarra solían tener y la electrónica de ensueño, oscura pero iluminadora, que habla de amistad y amor sin que a veces veamos los límites de uno y otro. Un disco donde Romy, Oliver y Jamie le subieron el pelo a ese género donde hoy se mezclan rap, R&B, soul y una electrónica elegante y que nos seguimos esforzando en llamar pop. (por Rodrigo Ferrari)

45.

Halo (Crammed Discs)
Juana Molina

En cada disco de Juana Molina, hay algo profundamente inquietante. No queda claro si esa sensación proviene de su voz susurrante, la parte rítmica de sus canciones (siempre sutil y aún así, omnipresente), la manera en que los sintetizadores flotan en sus canciones (como si fueran fantasmas) o algo que el oído no es capaz de identificar. Sea cual sea la razón de ello, Halo (su séptimo trabajo de estudio) es un disco que se aleja de la sobresaturación que existe hoy en la música pop, para entrar entre lo mejor del año. Sin escándalo, sin prisas, sin estridencias y, tal como un espíritu benigno, con todo el tiempo del mundo para ser percibido por nuestros sentido. (por Gabriel Pinto)

45.

Plunge (Rabid Records)
Fever Ray

Karen Dreijer vuelve después de ocho años, dejando atrás los oscuros recovecos de su disco homónimo (Fever Ray, 2009). Madura (42), con una apertura que a ratos sonroja, mensajes directos sin dobles lecturas en las letras, en la música y en lo audiovisual. Líneas como “This country makes it hard to fuck” o “I want to run my fingers up your pussy”, nos hacen sentir identificados en cierta medida, desde el Chile postelectoral de hoy. (por Cesar Dubó)

45.

Lotta sea lice (Matador Records)
Courtney Barnett & Kurt Vile

Los dúos entre hombre y mujer no tienen que ser románticos. Aquí una muestra entre dos amigos que se toparon en giras internacionales, incluyendo el escenario de Fauna Primavera el 2016. Primero tocó Courtney Barnett y de inmediato Kurt Vile. Unieron fuerzas y a finales de este año editaron Lotta sea lice sobre sus vidas en la carretera, la amistad que se forja en esos viajes, componer música en soledad y estar lejos de casa. Algo que se resume muy bien en estas dos líneas de la canción “Continental breakfast” en que comparten voces: “I cherish my intercontinental friendships/we talk it over continental breakfast”. Nostálgico, country y acogedor. (por Macarena Lavín)

45.

Pure comedy (Sub Pop)
Father John Misty

Josh Tillman y Father John Misty son dos entidades diferentes. No es la voz de Tillman la que sale a contar estas historias agridulces, donde nadie se toma mucho en serio. El falsete es de Tillman, lo que está ahí afuera es su alter ego mirando con distancia y belleza el éxito, el indie pop, y también a su alrededor. John Misty es como un Elton John que no se toma tan en serio y que no nos quiere timar. O que al menos, al timarnos, nos cuenta el truco de entrada. Un truco en el que dan ganas de caer. (por Claudio Ruiz)

45.

Capacity (Saddle Creek)
Big Thief

La voz de Adrienne Lenker es suave y dulce pero las historias que cuenta están bien lejos de serlo. Se afirma como narradora de personajes a los que incluso nombra para hacerlos cercanos en estos relatos oscuros y deprimentes. Incluye un fatal accidente de tránsito, una mujer en estado de coma, una adolescente que no se adapta a las fiestas y escenas de violencia doméstica. Muchas veces los protagonistas de las letras son la misma vocalista evocando su niñez y sus vivencias familiares con los riffs más calmados de guitarra acústica que podamos imaginar. Un disco con el cual no queda otra que involucrarse inmensamente. (por Macarena Lavín)

45.

CTRL (Top Dawg Entertainment)
SZA

Hace un lustro que SZA (Solana Rowe) asoma su bella voz que lo mismo puede remitir al pop, R&B o hip-hop. El sonido de Ctrl, en parte responsabilidad del team de producción de TDE (el mismo tras DAMN de Kendrick Lamar), combina las texturas del pop con una pretensión underground que le otorga al conjunto la apariencia de un trabajo en progreso. SZA cubre todo con unas letras desgarradoras, frívolas o autoflagelantes, su forma de conectar con el espíritu millennial y convencer a los escépticos, abriéndose paso entre lo mejor de la canción R&B. (por Freddy Olguín)

45.

American dream (DFA)
LCD Soundsystem

James Murphy reconoció que disolvió a LCD Soundsystem como parte de un ardid publicitario para su recordado show en el Madison Square Garden… y que era la decisión más estúpida que había tomado en su vida. Esta nueva etapa de su banda no pierde nada de lo que había avanzado antes y sigue martillando ahí mismo sobre los problemas de ser un adulto pero sentirse totalmente diferente a como se supone debe ser un adulto. Demasiado viejo para ser nuevo, pero demasiado nuevo para ser clasico. Si entrar a la edad madura significa hacer más discos como este, bienvenido a la middle age, Mr. Murphy. (por Cristian Araya)

45.

ken (Merge Records)
Destroyer

Dos años después de Poison season (Merge, 2015), el canadiense Dan Bejar vuelve con un disco rotundo que bebe del new wave y el post punk, con las cajas de ritmo y los teclados envolviendo sus cínicas letras. Breve y conciso, ken demuestra que el bueno de Bejar no pierde su capacidad de reinventarse. (por Pablo Meneses)

45.

Cigarettes after sex (Partisan)
Cigarettes After Sex

CAS es una banda extraña. No porque su sonido sea exótico -de hecho, al revés-, sino porque si uno mezcla los elementos que parecieran componerla (la producción minimalista, el ritmo lento y el escaso carisma de sus integrantes), el éxito planetario que han tenido es difícil de explicar. El ritmo de Mojave 3, los arreglos de Galaxie 500 y el saqueo vocal a Mazzy Star (más una pizca de Joy Division) son las claves de un disco debut que a la banda le tomó diez años en madurar, canciones chiquititas un sonido brumoso, sensual y oscuro. (por Claudio Ruiz)

45.

La síntesis O’Konor (Laptra Records)
El Mató a un Policía Motorizado

Mucho se hablaba de la ética “Elmató”, el “hazlo tu mismo”… pero no llegaba ese álbum que cumpliera todas esas promesas y expectativas. En La síntesis O’Konor finalmente amplían sus recursos y se asumen como algo más grande que ellos mismos. Ya no estamos frente a la banda de calidad comprobada en canciones cortas, ni a los fans de ese sonido del sello Matador de los 90s, sino que frente a LA banda de pop argentina, generadores de una escena y ejemplo de constancia en una voluble industria musical. Tras una década, El Mató a un Policía Motorizado matizan sus influencias, ordenan sus ideas y las guitarras dejan de avasallar todo para que el resto de lo que suena también brille. (por Boris Orellana)

45.

Arca (XL Recordings)
Arca

En un año en que el indie-rock parece haber vuelto en gloria y majestad, el tercer disco de estudio de Arca (el alias del venezolano Alejandro Ghersi) se alzó como el contrapunto perfecto para tanta canción con guitarras. Sobre un trabajo de producción tan inquietante como fascinante y desestructurando géneros tan diversos como el trap, el pop de cámara e incluso el techno, Ghersi se atreve con un disco de canciones de ¿electrónica? ¿pop? experimental, donde aborda el sexo, las fascinación por el cuerpo y el desgarro por el amor, desde un lugar incómodo y aún así, cautivante. Con estos antecedentes, no caben dudas del por qué Björk, otra pionera en la construcción de complejos armazones sonoros, lo ha elegido como compañero de producción en sus últimos trabajos. (por Gabriel Pinto)

45.

Slowdive (Dead Oceans)
Slowdive

Podría pensarse que el retorno de una banda tras 22 años de ausencia es solo un intento de hacer caja apelando a la nostalgia del fan. No es ese el caso de la banda de Reading, cuya nueva placa homónima no palidece frente al resto de su obra: Slowdive ofrece la mejor versión de la banda con un equilibrio justo de pop, melodías de ensueño y guitarras ruidosas que crece a cada escucha. (por Pablo Meneses)

45.

A deeper understanding (Atlantic Records)
The War on Drugs

Desde Lost in dreams sabíamos que The War on Drugs no podía sino aspirar a grandes cosas, sin tener que ser grandilocuentes necesariamente. Dos años después afinan todos sus recursos en un disco que está en lo mejor de la tradición del rock estadounidense, donde se puede encontrar trazos del mejor Springsteen setentero y muchas de esas historias mínimas que lo acercan a los mejores cuentahistorias de su país. Y si “Pain” no es la canción del año, anda por ahí. Dad rock and proud. (por Cristian Araya)

45.

DAMN (Top Dawg Entertainment)
Kendrick Lamar

Con la crítica a su favor tras el estupendo To pimp a butterfly, Kendrick deja de lado las ambiciones desmedidas para contar historias basadas en los vicios y virtudes del ser humano. Suena simple y a la vez pretencioso, pero el MC esta vez elude a su filósofo interior y vuelve a la calle para preguntarse “¿Quién va a orar por mí”, a través de canciones raperas donde el pop, la tradición hip-hop y los modismos pueden convivir de manera armónica.

Reuniendo en una misma placa a artistas de distinta procedencia como Rihanna, U2, BadBadNotGood O Zacari, además de los avezados trucos de producción del misterioso Bekon (Daniel Tannenbaum, que al comienzo permaneció en las sombras), además de Mike Will Made It, Sounwave o The Alchemist, Kendrick logra coherencia y sentido, ítems no siempre cumplidos en los discos de rap mainstream, generalmente marcados por el exceso de ideas, featurings y búsqueda de hits. DAMN, en cambio, tiene coartada back to basics, pero con una muy estudiada fórmula.

La espontaneidad, rasgo principal del mejor rap, además de riesgo, son aspectos muy balanceados en DAMN, que es también una crónica del éxito para su autor, que lejos de sorprenderse con la fama (a lo Drake) o caer rendido ante ella (a lo Kanye), se define en varios pasajes como una suerte de boxeador: “Me siento como Tyson”, dice en “Love”; “Siento que estoy boxeando con demonios, monstruos, falsos profetas”, dice en “Feel”. Es que DAMN después de todo se trata sobre dar y recibir golpes. Como la vida misma. (por Freddy Olguín)