Jacobino Discos César Dubóenero 1, 2005Pequeña Empresa0 Comentarios Jacobino Discos es un colectivo en el sentido más riguroso del término. No existen cabezas visibles ni algún tipo de jerarquías. Medianamente conocidos en el circuito independiente santiaguino por ser la casa de Gepe y Diego Morales, Jacobino Discos tiene entre sus filas a proyectos tan disímiles como Augias Amena o Calostro. En tiempos en que la música (pop y de la otra) parece carecer completamente de un sustento ideológico, la gente de Jacobino cita a Jacques Derrida para generar un nuevo concepto. Más información en su sitio web. Responde Pablo Flores (integrante de Namm, El Indio y Gepe) —¿Cuándo se inició el sello? —La idea del sello nace a fines del 2003, pero se logra plasmar en mayo del 2004, cuando realizamos un ciclo Jacobino Discos en el centro cultural Ainil. Pero el “Folclor imaginario???, evento que realizamos en septiembre, fue el momento donde mostramos, a través del compilado, de una forma más pragmática el proyecto que estábamos llevando a cabo. —¿Cuál fue su inspiración para crearlo? —Mostrar nuestros proyectos en espíritu de colaboración, ya que de una manera disgregada nos iba a tomar más tiempo. Tomamos el imperativo clásico de Karl Marx y lo aplicamos a nuestro rubro: “Músicos del mundo, uníos???. —¿Cuántas personas trabajan en Jacobino Discos? —El sello se compone por los mismos músicos, que son ocho: Farabeuf, Namm, Leonardo Ahumada, Gepe, Calostro, Diego Morales, Augias Amena y Burn Fire Project. Funcionamos como un colectivo, algo que pareciera trascender la palabra trabajo. En una distinción autopoiética, conseguimos una relación dinámica entre las partes: algunos diseñan, otros consiguen las tocatas y todas las partes nos hacen sobrevivir. —¿Qué criterio utilizan para seleccionar un artista? —La selección inicial fue natural. Éramos un grupo de amigos que hacíamos todos música diversa y de calidad, en diferentes estilo. La selección se toma basado en lo humano tanto como en lo musical, y creo que seguirá siendo así. En nuestra curatoria tratamos de destacar la calidad y la voz individual. —¿Creen que el sello ha desarrollado su propia identidad, en el sentido artístico, ideológico y musical? —Lo que desarrollamos es cualitativamente distinto a los sellos de la escena criolla, particularmente por su diversidad y especificad. Buscamos un lenguaje personal. Siempre hemos visto a Tzadik o Mego como sellos con una identidad marcada. Creo que nuestra intención no ha sido copiarlos, pero sí ver cómo cohesionar las distintas partes y hacerlas determinantes para el trabajo total. En el plano “estético???, diría que nuestra aprehensión a adoptar categorías genéricas en la línea del sello nos destaca como una propuesta que trasciende a las modas, para dialogar directamente con la inspiración y la creación pura. —¿Participan en todas las decisiones del proceso creativo (grabación, diseño, carátulas, tours etc.) o los proyectos deciden esos temas libremente? —La mitad de los músicos del sello, en especial aquellos que hacen electrónica, se graban solos. Pero con los cantantes de folclore, yo (Pablo Flores Castillo) me encargo de la grabación, y bueno, en general, de ecualizar los discos de la gente del sello. En el diseño de carátulas ha ocurrido algo similar, Daniel Riveros se ha encargado del diseño de Gepe, de Leonardo Ahumada, Farabeuf y del compilado, pero los demás discos han corrido por cuenta de cada artista. El sitio web lo maneja Fernando (Augias Amena). Y las tocatas se gestionan entre todos. —¿Cómo promueven su material? —Por el momento lo hacemos en los pequeños encuentros donde participamos. Tenemos planes de salir fuera de Santiago en la distribución, pero son ideas que iremos pragmatizando con el tiempo. —¿Cuál de los álbumes que han editado les ha dado mayor satisfacción? En términos comerciales o musicales. —El éxito del de Gepe, 5×5, nos emociona mucho, pero estamos constantemente escuchando los discos de los demás jacobinos. Hay un disco del sello para cada ocasión y eso nos satisface más que los términos monetarios. —¿Qué opinan de las compañías pequeñas que son distribuidas por los sellos corporativos? —Creo que el único sello que podríamos respetar por su calidad sería Warp, que es distribuido por Virgin Music. Pero si te fijas, aquellos sellos que están al alero de las grandes multinacionales, al poco tiempo pierden su identidad y pasan a formar parte del conglomerado simplemente. Por eso nuestro respeto va hacia Tzadik, Mego, Fourears, Ritornell y la lista es larga. La independencia sí es posible. —¿Qué consejo le darían a la gente que quiere crear un sello? —Que se mantengan lúcidos a la hora de plantearse esa meta. Crear un sello es fácil, lo trascendente es hacerlo florecer.