Festival Fauna Otoño
Sábado 13 de mayo 2017
Espacio Riesco

Fotos: Wilda Farías

La primera versión del Festival Fauna Otoño dejó en general un buen sabor de boca entre los asistentes, con un cartel que mezcló la electrónica más orientada al baile con el rock de guitarras donde el noise, el shoegaze y el dream pop llevaron la batuta.

El acceso a Espacio Riesco fue bastante expedito, al menos en las primeras horas de la jornada –aunque las personas con mochilas abultadas recibían más atención de parte del personal de seguridad-, con zonas de comida, puestos de merchandising, barras y espacios comunes bien organizados, el lugar era ideal para pasar los minutos entre los shows del escenario principal, una idea que se agradece.

Los locales Trementina fueron los encargados de dar el vamos al Festival desde el House Of Vans Stage con un set en donde intercalaron nuevo material con sus canciones más antiguas. Puede que su propuesta guste más o menos, pero sonaron como un cañón, afiatados al máximo, y ganas de seguir creciendo no les faltan.

Tras la espera de rigor, los neoyorkinos Beach Fossils volvieron a los escenarios nacionales para dar un show preciso y potente, en donde aprovecharon de estrenar algunas canciones del inminente Somersault (a editarse el 2 de junio por Bayonet Records). Con nuevo baterista reemplazando al retirado Tommy Gardner, la banda se mantuvo siempre cercana al público, que no escatimó en piropos y declaraciones amorosas para el cantante/guitarrista Dustin Payseur.

Los texanos This Will Destroy You siguen muy de cerca los pasos de Mogwai y de sus coterráneos Explosions In The Sky, al incorporar detalles electrónicos en sus composiciones que parten de la calma hasta explotar luego de crescendos cada vez más tensos. A su favor, sonaron contundentes y en su mayoría el público los recibió encantados, pero al final a varios nos quedó la sensación de haber escuchado eso antes, mejor interpretado y más inspirado. Luego de este show, la efervescencia del público iba en aumento y se hacía difícil moverse o mucho menos trasladarse hasta el subsuelo del escenario El Club, donde a esa hora terminaba el set de Massiande.

The Radio Dept. salieron a escena con el cariño del público ganado de antemano: Era algo que se sentía en el aire. Los suecos basaron su set en las canciones del aún reciente Running out of love (Labrador, 2016) aunque también dejaron espacio para el resto de su discografía, donde no faltaron imprescindibles como “The worst taste in music”, “Heaven’s on fire” o el explícito “Death to fascism”. Un repertorio impecable que por desgracia fue lastrado por un sonido a ratos deficiente, que hacía desaparecer muchos de los detalles que hacen aún más grandes sus canciones. El trío no se dejó amilanar, y fue de menos a más en un show que se hizo cortísimo.

Finalmente llegó el momento más esperado de la noche, al menos para quienes abarrotaron el House Of Vans Stage. Con algunos minutos de retraso, Slowdive salieron a escena en medio de la plácida intro con “Deep Blue Day” de Brian Eno, y antes de darnos cuenta, retrocedimos hasta la primera mitad de los 90 cuando los acordes del tema que lleva el nombre del grupo nos embarcaron en un viaje de intensidad siempre creciente. Cayeron tres temas del disco homónimo recién editado este año –una placa que crece con cada escucha- pero el grueso del show se lo llevaron las canciones del inmenso Souvlaki, además de puntuales paradas en Pygmalion y el debut Just for a day. La banda de Reading, agradeciendo en todo momento la recepción del público, nos hizo pasar desde el viaje interestelar de “Souvlaki Space Station” al desgarro de “Dagger” o la ingravidez de “Catch the breeze”, hasta cerrar con la espectral versión de “Golden hair”, el poema de James Joyce musicalizado originalmente por el desaparecido Syd Barrett. Mientras volvíamos a la realidad, costaba convencerse de que el show ya hubiera terminado. Mientras pasaban los minutos entre la incredulidad y los clásicos cánticos futboleros pidiendo el regreso de la banda, de pronto los roadies prepararon todo nuevamente y los ingleses regresaron para el bis final con “She calls” y “40 days”, en donde poco faltó para que el recinto se viniera abajo. Tantos años de espera valieron la pena, y con creces.

Poco después empezaba el tramo final con los sets de Matías Aguayo, Shiba San y MK en el escenario principal, mientras Diegors, Lindstrøm y Detroit Swindle cerraban el boliche en El Club. Muchos esperaban ansiosos para darlo todo en la pista, pero para este servidor –que tampoco está para esos trotes- la noche ya estaba cerrada luego del maravilloso show de Slowdive. Saldo positivo para el festival, un buen indicador para seguir creciendo.

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