Tortoise en Chile: un reencuentro con viejos amigos

Tortoise
Teatro Nescafé De Las Artes, Santiago.
29 de noviembre de 2016.

La tercera visita de Tortoise a Chile, gracias al ciclo Santiago Fusión, fue como un reencuentro con viejos amigos que siempre tienen algo interesante que mostrar. Sin importar cuánto tiempo pase sin verse, sabes que te van a sorprender, y esta vez no fue la excepción.

Los encargados de abrir la noche fueron los chicos de La Ciencia Simple, quienes sonaron potentes y afiatados practicando un envolvente sonido, heredero de bandas como Red Sparowes o la escudería Temporary Residence, al que solo le falta afinar unos pequeños detalles para que las composiciones suenen más fluidas. Ganas tienen de sobra, solo falta canalizarlas mejor.

Tras un pequeño intermedio para afinar detalles, los cinco de Chicago salieron a escena para demostrar que su esencia sigue intacta luego de tres décadas de carrera, tal como demostró el silencio casi monacal en el interior del teatro Nescafé De Las Artes. Venían a presentar The Catastrophist (Thrill Jockey, 2016), que complementaron con temas de placas como Beacons Of Ancestorship, Standards, TNT y su debut homónimo (esa inesperada sorpresa final con “Tin Cans & Twine” que nos dejó a todos levitando a varios centímetros del suelo, más aún si cabe luego de las dos horas de show).

La presentación fue un contraste permanente entre las zonas más agrestes de su discografía (“Prepare Your Coffin”, “At Odds With Logic”) y los paisajes más rítmicos/espaciales que nos sumieron en estados introspectivos que muchos deseábamos no acabaran nunca (“Crest”, “Ten-Day Interval”, “The Suspension Bridge At Iguazú Falls”, “In Sarah, Mencken, Christ And Beethoven There Were Women And Men”, la dupleta final con “Hot Coffee/Tin Cans And Twine”, o la versión de “Yonder Blue” que perdió algunos puntos al usar la voz sampleada de Georgia Hubley, de Yo La Tengo).

Cada una de sus composiciones es un camino abierto para lanzarse en hipnóticas improvisaciones con cada músico entregando siempre lo mejor de sí, para crear una esencia compacta en donde cada instrumento se distingue claramente y ninguno destaca por sobre el resto. El constante intercambio de instrumentos dejó aún más clara la compenetración existente entre los músicos, donde solo basta un gesto para hacerse entender y embarcarnos en cada uno de sus viajes musicales donde importa más el trayecto que el destino en sí.

Luego de dos bises sorprendentes, la banda puso el punto final a una de esas noches que permanecerán grabadas en la memoria, con Doug McCombs oficiando de portavoz oficial para agradecer a la asistencia, y el guitarrista Jeff Parker cerrando todo con un más que elocuente “¡Fuck Donald Trump!”. El aplauso cerrado del público fue la mejor respuesta para un show que cuesta describir sin caer en la hipérbole, por lo que solo resta decir: GIGANTES.