El DJ/productor peruano Deltatrón acaba de lanzar su nuevo disco Ego trip, un viaje por los sonidos electrónicos latinoamericanos. Este post es desarrollado en colaboración con Red Bull Chile.

Con base en Perú pero provisto de una mirada global, el trabajo del productor Deltatrón (Paz Ferrand) reúne la efervescencia de los ritmos latinoamericanos como la cumbia o el reggaetón, junto a los beats propios del hip-hop, dub o bass. Ego trip, su recién lanzado nuevo disco para Terror Negro, sello que se encarga de dirigir, funciona como un colorido compendio de ritmos cercanos al club, donde el mestizaje de elementos es parte esencial de la estructura musical.

Basta dar una mirada a Terror Negro, sello limeño que desde hace unos años ha impactado en el panorama regional como un referente a la hora de hablar de electrónica latina, para encontrar en la música de Deltatrón una identidad que pretende esquivar el mero ejercicio de fusión de estilos, que algunos podrían catalogar de incompatible. Ego trip desarrolla parte de las ideas que otros artistas afiliados al sello como DJ Chakruna, The Peronists o Dr. Paniko han impreso en lanzamientos anteriores, agregando un sentido más inclusivo y comunitario. El propio Ferrand ha reconocido que tras girar por varios países (incluso fue parte de la RBMA Tokyo) comenzó a descubrir sonidos similares, ambientes y artistas afines, convirtiendo a Ego trip en un lugar de reunión.

Lao (del colectivo NAAFI), Turno Sonidero, Dave Nada y el chileno Alpha S (Discos Pegaos), son parte de los invitados a la fiesta de Deltatrón, una vitrina de sabores y ritmos latinoamericanos, que pueden partir desde el pulso afro-peruano, hasta alcanzar algún tipo de relación con el más contingente trap o los ya conocidos ensambles cumbia-electrónicos. En el cada vez más competitivo y específico canon de la música electrónica, Deltatrón ha puesto todas sus fichas en una especie de rescate del dembow sudamericano, con tonos casi siempre obtenidos de los márgenes o la periferia latinoamericana.

—En Ego trip confluyen muchos ritmos y fórmulas de club. ¿Cuál es la relación entre el sonido del disco y su título? ¿De qué clase de ego trip hablamos?

Ego trip es una metáfora de lo que he vivido estos últimos 3 años musicalmente y también como persona. Cuando comencé mi carrera estaba mucho más centrado en la cumbia y el reggaetón porque son dos ritmos bastante urbanos en Perú, pero los sintetizados que usaba y otras cosas tenían influencias como eurodance o riffs de new metal. Pero hace 3 años viajé a Tokio y luego de eso seguí conociendo más artistas y viajando, y además la escena de bass latina también fue creciendo y ramificándose, entonces comencé a ser mucho más observador. Eso me hizo pensar en lo que significan estos estilos y como cada uno representa sonoramente a un lugar de Latinoamérica y lo que aportamos. Entonces de las canciones que estaba trabajando en base a la cumbia y eso, comencé a interesarme por otros ritmos y a combinarlos con cosas peruanas como el festejo o el lando.

—¿Fue una especie de reinvención?

—Fue como decir: que muera mi ego para poder dar paso a conversar con todos estos ritmos. No era solamente seguir la línea de la cumbia peruana que seguía hasta el momento, sino encontrar similitudes con todos estos artistas que fui conociendo en el camino. Cada uno cuenta una historia musicalmente y me ayudaron a contar mi relato.

Terror Negro: reyes del sabor

Al igual que en algunos de sus trabajos anteriores como El álbum negro, en Ego trip Deltatrón asume el rol de creador de ambientes. Luego un vocalista o productor puede igualmente aportar al conjunto, como una sumatoria de elementos superpuestos armónicamente. Sin embargo, da la impresión que en esta nueva entrega el músico ha querido presentar una idea más compacta. Sin alardes conceptuales, pero con una hoja de ruta mejor definida e incluso con espacio para la experimentación. El track inaugural, “Morir es ganar“, con la ayuda del joven paceño Sikuri, puede ser uno de los temas más representativos de esta nueva etapa.

—Cuando produces, ¿qué clase de club o público imaginas para tu música? ¿Piensas en eso?

—Cuando produzco tengo muchos estados. A veces produzco para que la gente oiga la música en el carro, otras para estar a solas con alguien; otras para la discoteca, otras para recordar a alguien. También depende si produzco para alguien como La Favi, Tomasa o Inkas Mob. Depende mucho de mi estado de ánimo. Lo que sí pienso es que cuando produzco, lo hago imaginando que la persona que me oye sabe de música. Puede encontrar similitudes entre distintos sentidos o estilos, eso me interesa. No importa la raza realmente nunca pienso en eso pero sí me gusta que sepan que soy latino. Me gusta que oigan timbales o congas o guarachacas y les de ese sentido, por lo estúpido que parezca. Pero también me gusta que puedan oir sintetizadores que los hagan viajar y pensar en otros planos.Creo que hago música para gente inquieta, que le gusta disfrutar de la variedad, no un mismo puto bpm toda la noche. Creo que el freestyle es la esencia de lo que hago, por eso tal vez tengo tantos estilos.

—Desde tu trabajo en Perú a través de Terror Negro, ¿cómo ves el desarrollo de la identidad en la música electrónica a nivel sudamericano?

—De hecho ha crecido y tengo fe y pongo mi trabajo para que siga creciendo. Lo he visto con mis ojos. Creo que mucha de la escena americana y europea aún no le da su lugar a la escena latinoamericana, pero eso tiene que cambiar y solo puede cambiar si nosotros mismos comenzamos a apoyarnos. Hay demasiados gatekeepers y demasiados culture vultures y eso no va cambiar. Pienso que los latinos como industria deberían unirse más en materia de inversión. O sea, a bookearnos, a hacernos conocidos entre nosotros. Veo cuántas fiestas hay en Lima diferentes, y como en todas las ciudades está pasando eso. Está creciendo y eso me inspira y me gusta, siento que el futuro no va a ser aburrido para nada. Pero hay que generar una industria sin miedo. Creo que esa variedad de ritmos es una riqueza invaluable, hay que aprovecharla y usarla para conversar con el resto del mundo. Nosotros tenemos la fiesta en la sangre, la música y las drogas jajaja, no necesitamos más.

Revisa a continuación el streaming de Ego trip.