Nuestro nuevo informante en Europa Nicolás Cortés vio a Ariel Pink’s Haunted Graffiti y Animal Collective en vivo la semana pasada. Hoy nos cuenta lo de Ariel Pink, mañana Panda Bear y su crew.

Dando el puntapié inicial de la gira que trae Ariel Pink’s Haunted Graffiti a Europa, para presentar su reciente publicación Mature themes, y que le ha valido muy buenas críticas, la banda se presentó el miércoles 7 de noviembre en el club The Kazimier de Liverpool. Un recinto pequeño, algo así como nuestra La Batuta.

El show fue precedido por Geneva Jacuzzi, polola de Ariel Pink, y que algunos recordaremos por el show que mostró en el festival Primavera Fauna del año pasado. Lo de Geneva Jacuzzi claramente es más una perfomance que un concierto propiamente tal. Vestida en un traje de soldado de plomo, el espectáculo de Geneva saca risas y aplausos en base a la ridiculez intencional de su show electro pop.

Al rato salen a escena los Haunted Graffiti y comienza a sonar “The symphony of the nymph” del Mature themes. Escuchamos la voz de Ariel Pink, sin embargo, no lo vemos por ninguna parte. Sobre el escenario hay una pantalla en donde vemos su silueta, Ariel canta escondido, a la vez que se graba a sí mismo con una antigua cámara Super8 (al más puro estilo del Bono de los ‘90). Las imágenes se proyectan en la misma pantalla, produciendo un extraño efecto lo-fi.

Todo en el show de Ariel Pink’s Haunted Graffiti parece atemporal, desde lo primitivo de la puesta en escena, hasta la forma en que interpreta sus inspiradas canciones. Sin ir más lejos, parte del coro de la canción con la que abre es fundida con el estribillo de “Love me do” de The Beatles, lo que no deja de ser llamativo considerando la ciudad que ha elegido para iniciar la gira.

A los 20 minutos, y cuando ya han pasado otras cuatros canciones pertenecientes a Mature themes, Ariel Pink sigue escondido detrás de la pantalla y parece no estar ni ahí con bajar. Me da la sensación de estar viendo un concierto vía streaming. Recién cuando empieza “Farewell american primitive”, Ariel desciende y se deja ver. El show se vuelve un poco más convencional, al menos para sus propios parámetros.

El show sigue con una tanda de viejos temas de sus discos anteriores, previo al éxito que le significó Before today (2010), del cual sólo tocan “Menopause man” y “Fright night”, más “Round and round”, la que dejan para el bis. La banda por su lado cumple bien como contraparte, dejándole todo el espacio para que se mueva a sus anchas. Dueño de varias de las mejores melodías del último tiempo, Ariel logra que nos olvidemos que estamos en pleno siglo XXI en base a una interpretación emotiva, a ratos incluso sufrida, de cada una de sus canciones.

Una vez terminado el concierto, Ariel y el bajista Tim Koh, se arriman al mesón de merchandise a firmar discos. Le aprovecho de preguntar si tiene pensado ir a tocar en Chile, a lo que Ariel me responde que en un par de semanas andará por allá. No sé si estoy poco informado o es que sus respuestas deben comprenderse de otra forma, una en donde el tiempo corre definitivamente a otra velocidad y en otro orden. Esperemos que ese “par de semanas” se concrete.