El DJ y productor californiano DJ Shadow se presenta en formato DJ set este sábado 20 de octubre en el Club Subterráneo. Excusa suficiente para enumerar algunas razones para no perderse su segunda actuación en nuestro país.

1. Josh Davis aka DJ Shadow en 1996 firmó un disco que a pesar de ser mil veces reseñado y estudiado, aún no tiene par: Endtroducing. Inolvidables himnos como “Organ donor” o “Midnight in a perfect world” aún son materia obligatoria para DJs y melómanos de todo el mundo, si hasta los skits tienen brillo propio (basta con revisar el decidor “Why Hip Hop sucks in ’96”).

2. No podemos dejar pasar el influjo que ejerció Davis tanto en su trabajo en el colectivo Quannum Projects (Latryx, Blackalicious), como en la primera etapa junto a James Lavelle en U.N.K.L.E, un proyecto que en su momento estaba destinado a cambiarle la cara al hip-hop y el pop, pero que finalmente solo entregó un buen disco para recordar: Psyence fiction (1998).

3. Cómo olvidar sus experimentos junto a Cut Chemist, otro héroe del vinilo y el sampler, cuyas maniobras avanzadas quedaban de manifiesto en Brainfreeze (1999) y sus shows en conjunto, donde la tradición del tornamesismo se fundía con el pop, jazz y todo lo que valiera la pena mezclar o transformar. Algo de esta receta había en The private press (2002), acaso el último gran álbum de DJ Shadow, que como toda su discografía posterior, ha tenido que lidiar con el fantasma de su debut.

4. El año pasado, mientras muchos lo creían desaparecido, emergió con The less you know, the better, un álbum que si bien está bastante lejos de sus brillantes primeros lanzamientos en Mo’Wax, consiguió traerlo de vuelta al mapa de la producción de ritmos, en una época donde hasta tu primo, hijo o vecino de 12 años podría programar un beat, gracias a la democratización del software. “Scale it back” junto a Little Dragon puede considerarse su más reciente hit.

5. En sus DJ sets tiende a dictar cátedra de sampledelia y diggin, como ocurrió en su presentación en Boiler Room en diciembre pasado, sorprendiendo a los asistentes, acostumbrados a la efervescencia del bass y los beats modernos. Es que Davis, fiel a su estilo, siempre ha vivido en una burbuja creativa, que lo transforma en un artista amplio e impredecible.