La artista colombiana Ela Minus debuta en Chile el sábado 12 agosto junto a Juana Molina y Valesuchi en una nueva Red Bull Music Academy Session. Este post es desarrollado en colaboración con Red Bull Chile.

Es fácil conmoverse con la música de Ela Minus, alias utilizado por la artista colombiana Gabriela Jimeno. Tras probar suerte y conseguir experiencia en proyectos ligados al rock o indie, la bogotana con base en Brooklyn comenzó un periplo de synthpop y electrónica de recovecos muy personales e íntimos, con canciones que combinan letras en español e inglés, junto a ritmos análogos que pueden estar dirigidos al baile o a la experimentación.

Adapt, su último EP lanzado a comienzos de este año, es uno de sus trabajos mejor logrados, gracias a su fórmula a base de sintetizadores y voces etéreas, aspectos que ya exploró con gracia en sus anteriores First words (2015) o Grow (2016), que contó con la asistencia en producción de Andrés Nusser (Astro). Abordar la intimidad en un contexto electrónico es una cualidad bastante desarrollada por Jimeno, que suele incorporar pequeños detalles de producción capaces de sumergirnos en aguas tranquilas, y a veces en misteriosas profundidades.

Da la impresión que Ela Minus por medio de la música siempre ejercita, o como ella misma ha declarado, intenta conocer o descubrir su propia voz. Sus más recientes canciones no tardan en crear un entorno familiar, que gracias al formato breve nos impulsa a volver varias veces a tracks como “A.R.P”, creados a partir de tímidas voces, sintetizadores y beats cuidadosamente organizados.

—Conocer la “voz” es conocerse a uno mismo, y ese proceso no tiene fin. Claro que me siento más cómoda ahora con algunas cosas, es un efecto secundario del tiempo. Entre más hagas algo mejor te vuelves, y más cómodo te sientes. Pero estar cómoda no es lo que busco, al contrario, parte de mi búsqueda es salirme de la comodidad. Mi proceso de re-conocerme ha sido precisamente eso, sacarme de zonas de confort para encontrar qué es realmente lo que quiero decir, cuál es mi “voz”—nos dice Gabriela Jimeno, a pocos días de su primer show en Chile.

—Sabemos que la batería es tu instrumento favorito. ¿Cómo influye eso a la hora de firmar canciones con ánimo más sintético o bailable? ¿Trabajas mucho en el ritmo?

—Hace unos años cuando estaba en la escuela tenía un sueño recurrente en el que estaba tocando batería, pero de ella salían los sonidos de una banda entera, los platillos sonaban a acordes de piano, el bombo a líneas de bajo, el redoblante a melodías de voz, etc. Ese sueño es lo primero que viene a mi cabeza con tu pregunta, llevo toda mi vida tocando batería, es el instrumento que mejor conozco, influye en todo lo que hago musicalmente. Pero nunca es consciente ni literal, a la hora de producir y componer siempre veo el arreglo entero como un solo instrumento, el resultado final es la canción completa y todos los elementos son parte de ella. Lo veo como una sola cosa. Supongo que ese acercamiento a la produccción es una metáfora bastante literal del concepto de una batería.

—’Todavía no podemos vivir sin miedo’, dices en “Juan Sant”. Da la impresión que las letras en tu último EP tienen muchos significados. ¿Qué idea quisiste desarrollar en esa frase y en general en Adapt?

—“Luz” es todo el concepto detrás de Adapt. Quiero que mi música sea luz, que ilumine. “Juan Sant” es una canción de rendición, una rendición pacífica y llena de amor a la vida y a la mortalidad. Puedo explicarlo a fondo, pero creo que “No podemos vivir sin miedo, no podemos vivir si el sol no sale” lo dice todo. El miedo es una de las caracterísiticas que nos une a todos, como seres humanos, y lo mejor que podemos hacer es acompañarnos y hacernos sentir menos miedo mutuamente.

Bailar chiquito

Una pareja de abuelitos bailando chiquito. Esa es la imagen que aparecía en la mente de Ela Minus mientras intentaba describir su música. La escena cobra sentido al reparar un poco en la profundidad de sus composiciones, construidas a partir de un crescendo controlado, pero nunca carentes de emoción. Desde ahí surgiría el tag “Tiny-dance” que pasó de ser un secreto a voces, casi un sarcasmo, a una suerte de sub-género o denominación de origen para sus temas, primero esparcidos en la web y luego con impacto en medios de México, Estados Unidos y Latinoamérica, además de presencia en festivales como Nrmal (México), Bonnaroo (Tennessee), Out In The Streets (Brooklyn) o el próximo Sónar Bogotá.

—No puedo evitar preguntarte por el término “tiny-dance”, al que se te asocia por lo menos en la web. ¿Te sientes cómoda en esa etiqueta? ¿Piensas en eso?

—Me río cada vez que lo leo. Nunca pensé que le fuera a poner atención a ese término. Cuando empecé a producir esta música me di cuenta que usaba el termino “música chiquita” cuando describía lo que estaba haciendo, y la imagen de una pareja de abuelitos bailando “chiquito” era una referencia visual muy clara para mí. Cuando subí mi música a Soundcloud puse “tiny dance” de tag sin pensarlo, y aquí estamos, ja ja. Me parece bonito, y me gusta que tantas personas se hayan sentido identificadas, yo me siento identificada sin duda, siempre he pensado que bailo como abuelita con movimientos muy chiquitos.

—Nos puedes mencionar algunos artistas con los que sientes afinidad o que te inspiren especialmente.

Kaytlin Aurelia Smith y Fatima Yamaha.

—Para terminar, ¿qué podemos esperar de tu primer show en Santiago?

—Nunca sé cómo responder esta pregunta, me confunde. ¡No esperen nada! Y así pase lo que pase se van a ir sorprendidos y ojalá sonriendo.

Ela Minus se presenta el 12 de agosto en Teatro San Ginés, en un evento encabezado por Juana Molina, que además incluye a la nacional Valesuchi. Escucha su más reciente Adapt EP a continuación.