Por lo visto, cada vez se hace más cierto el mal chiste ése de que se está muriendo gente que no había muerto nunca. Las malas noticias llegan nuevamente desde Londres, Inglaterra, donde el lunes 17 de febrero murió a los 56 años el músico, DJ y productor Andrew Weatherall, producto de una embolia pulmonar que le estaba siendo tratada en el hospital Whipps Cross.

Nacido el 6 de abril de 1963 en Windsor, Weatherall pasó su adolescencia enganchado a la escena post punk, llegando a mantener correspondencia con Genesis P. Orridge, líder de Throbbing Gristle, quien le recomendó lecturas y discos que ampliaron tanto su forma de pensar como de entender la música.

Instalado en Londres desde mediados de los 80s, fundó junto a 3 amigos el fanzine Boy’s Own, y al mismo tiempo que oficiaba como periodista freelance, se convirtió por derecho propio en una de las figuras clave del movimiento acid house, agitando las noches del club Shoom junto a Paul Oakenfold y Micky Holloway. En esa misma época, montó el sello Boy’s Own Recordings, en donde lanzó dos singles con su proyecto Bocca Juniors.

Muchos lo conocimos gracias a su faceta de remezclador, que se inició en 1990 con su versión -junto a Paul Oakenfold- de “Hallelujah”, de Happy Mondays. New Order, Saint Etienne y My Bloody Valentine también pasaron por sus manos, pero fue el remix de “I’m losing more tan I’ll ever have” de Primal Scream el que abrió la puerta para convertirse en productor de Screamadelica (Creation, 1991), donde logró una fusión magistral de rock con house y toques dub; una obra que, a diferencia de otros discos que son una instantánea de la época en que fueron concebidos, supera sin problemas el paso del tiempo.

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En 1992, Weatherall dejó a sus socios de Boy’s Own Recordings, y junto con crear el sello Junior Boy’s Own, formó junto a Jagz Kooner y Gary Burns la banda The Sabres Of Paradise, a quienes se les uniría poco después el músico Keith Tenniswood. Tras facturar un puñado de singles y los álbumes Sabresonic (1993), Haunted Dancehall (1994) y Versus (1995) al alero de su propio sello Sabres of Paradise y de Warp Records, el proyecto se disolvió. Mientras Kooner y Burns formaban The Aloof, Weatherall y Tenniswood dieron vida a Two Lone Swordsmen, dúo que evolucionó hacia un sonido cada vez más orientado al dub y al post punk, donde no costaba encontrar entre líneas las lecciones bien aprendidas de bandas como PiL y The Gun Club.

Tras finiquitar al dúo de los espadachines solitarios, en 2006 comenzó a editar trabajos a su nombre o como parte de proyectos conjuntos: A pox on the pioneers (2009, Rotters Golf Club), The Phoenix suburb (and other stories) (Rotters Golf Club, 2015, con The Woodleigh Research Facility) o Ruled by passion, destroyed by lust (2012, Rotters Golf Club, con The Asphodells) son obras que vale la pena revisar. En paralelo, también se encargó de remezclar piezas de gente como One Dove, Siouxsie Sioux, Björk y The Orb y produjo álbumes como Tarot Sport (2009, ATP Recordings) de Fuck Buttons. Aparentemente incapaz de permanecer quieto, sus últimos proyectos incluían las noches temáticas “A love from outer space”, que llevó por clubes de toda Europa. El soberbio Masterpiece: Created by Andrew Weatherall, editado en 2012 por Ministry Of Sound, es una necesaria muestra de su incontestable talento como DJ, oficio que definía de una manera bastante particular: “Pinchar discos es algo bastante vampírico. Nunca volverás a tener la sensación de escuchar un disco por primera vez, pero si miras a los ojos de alguien que lo está escuchando por primera vez, es un agradable sentimiento que puedes tomar prestado. Pero no es algo egoísta. Creo que nunca perdí lo que me pasaba cuando tenía 12 años e invitaba amigos a mi casa. Todos irían a juntarse con chicas y yo les decía: “No, escucha este lado B”.

Harán falta personas con esa generosidad para hacer llegar la música a los demás. Buen viaje, Andrew. Te vamos a extrañar. Descansa en paz.