Estuvimos en la segunda función en Santiago de Nufonia must fall, montaje encabezado por el DJ/productor Kid Koala, en el marco de Teatro a Mil.

Recuerdo un verano pasado. Quizá el verano de 2001. Estábamos escuchando, o más bien tratando de descifrar Deltron 3030 (2000), esa biblia de hip-hop experimental firmada a medias por Dan The Automator, Del Tha Funky Homosapien y Kid Koala. Entre los tracks de ese clásico, se asomaba algo tímido Kid Koala (Eric San), obviamente mostrando sus artes como DJ/productor. Cada uno de los presentes en Deltron 3030 tenía un alias: Dan era The Cantankerous Captain Aptos, Del era Deltron Zero y Koala se hacía llamar Skiznod the Boy Wonder. Los alucinados procedimientos de esta crew sorprenden hasta el día de hoy, y ayer, en plena función de Nufonia must fall, montaje encabezado por Kid Koala y estrenado en Chile en el marco de Teatro a Mil, cobraron sentido.

Cambiando la distopía y la ópera rap espacial por la conmovedora historia de amor entre el obsoleto robot T4 y Malorie, una bella experta en robótica, en apenas una hora de duración Nufonia must fall cautiva por la exactitud de su montaje, la sincronización de sus actos y la efectiva musicalización, a cargo de Kid Koala junto al Afiara Quartet.

Malorie es una empleada modelo, pero al igual que el robot T4 pasa sus días solitarios en una ciudad algo ingrata, con los problemas típicos de todo el mundo. San ha declarado que Nufonia must fall es una especie de película de Chaplin en vivo, y quizá no se equivoca: humor, crítica social y tendencia a lo épico son algunas de las características del montaje, basado en una novela gráfica de Eric San (sí, el tipo también es novelista gráfico), y dirigida por el experimentado K.K. Barrett, encargado de la dirección de arte en la filmografía de Spike Jonze y Sofia Coppola.

Breves intervenciones de scratch, teclados, ukelele, efectos varios y la propia voz de Kid Koala, sirven para retratar el ingenuo idilio de Malorie y el T4, historia inspirada en una ruptura sentimental de San durante su adolescencia. Apurándonos, Nufonia must fall es algo así como un collage entre el universo Pixar, algún texto de Ray Bradbury, el ambiente de películas tipo Her y lo que se nos ocurra sobre el futuro. El elenco también se encarga de incluir guiños a la cultura local de cada lugar donde se presentan, cambiando levemente la escenografía, música, modismos, etc. “Esta es una obra que cambia cada vez que la montamos”, dijo Kid Koala en el conversatorio final.

El equipo de la obra es conformado por 14 personas, incluidos músicos, marionetistas y encargados de piso, camarógrafos y sonidistas. Un engranaje perfecto, logrado solo con 3 años de presentaciones por todo el mundo. 20 sets donde pasean las marionetas, registradas en tiempo real por cuatro cámaras. Todo eso más las artes en vivo de Kid Koala, que tanto en sus proyectos gráficos como musicales, siempre tuvo la cabeza en 3030.

La última función de Nufonia must fall en Santiago es hoy a las 19:00 horas en Teatro CA660 Corpartes.

Kid Koala se presenta (DJ set) esta noche en Club Onaciu.