Mayer Hawthorne
Teatro La Cúpula, Santiago
Jueves 06 Enero de 2010

Ya lo insinuaba en su entrevista a Pato Urzúa: diversión es la palabra clave. Mayer Hawthorne, el crooner blanco que convenció a Peanut Butter Wolf del sello Stones Throw que podía cantar bien soul, nos deleitó con casi todo el repertorio de A Strange Arrangement (2009), ese noble debut que hoy lo tiene como soporte para los shows de Amy Winehouse, que igualmente ha llevado el revival del soul a todos los oídos posibles.

Por respeto a los clásicos no diremos que a Mayer lo poseyó Sam Cooke o Al Green en el escenario de La Cúpula. Sin embargo, cuando sonó “Make Her Mine” el romanticismo propio de Motown inundó el lugar y los afortunados que estaban en pareja sin duda tuvieron su noche. “Maybe so, Maybe no”, “Shiny and New”, “Strange Arrangement” y el hedonista cover de The Doobie Brothers (“What a Fool Believes”), tuvieron a varios al borde del llanto.

El espíritu de The Stylistics, Smokey Robinson, Curtis Mayfield, entre otros, brillaban entre los espacios que separaban a los músicos de The County, la sólida banda que acompaña al de Detroit. Con tanta nostalgia lo de Mayer pudo haber sido sólo lacrimógeno, pero nuestro hombre tiene claro el concepto de entretenimiento y con las más movidas “Your Easy Lovin’ Ain’t Pleasin’ Tonight” (lástima que no hubo cuerpo de baile, al menos en el escenario), “The Ills” y un par de nuevos temas, el público bailó, saltó y justificó su presencia.

El “bloque Snoop Dogg” fue solo goce, con breves versiones de “Beautiful” y “Gangsta Luv” para las masas, mientras que el homenaje a J Dilla, cuando los County hicieron que Gap Mangione nos volviera a recordar el “Fall In Love” de Slum Village, fue simplemente maravilloso. Justo después “Just Ain’t Gonna Work Out”, el hit de Mayer, nos trajo de vuelta a la tierra y extrañamos la lenta “When I Say Goodbye”, pero quizá eso habría sido demasiada emoción para una sola noche.

Tras el show y cerca de las 2 am, el cercano Hawthorne firmó discos, se fotografió con los fans y en la terraza del lugar volvió a transformarse en DJ Haircut, mezclando éxitos funkys del pasado, justo cuando el dúo The Twelves, premunido de laptop, controladores y vodka pinchaban su remix para “Boys” de M.I.A., permitiendo la algarabía de los asistentes hasta la madrugada.

Fotografías: Rodrigo Ferrari