Hace exactas 2 semanas que se llevó a cabo la presentación del netlabel Modismo en el marco del ciclo de presentaciones de Noa Noa 2, y ya tenemos disponibles para ustedes la documentación completa de lo que se vivió esa noche.

Les estamos hablando de una reseña, más de 100 fotos, el audio completo (1 hora 20 minutos a 320 kbps), y 2 videos: uno con la entrevista a los protagonistas de ese día, Tonossepia y Blit, y otro con ambos shows. ¿Se puede pedir algo más? Corran entonces a NoaNoa.cl, conecten el subwoofer y disfruten como si hubieran estado ahí.

Hace tres años, y a propósito del lanzamiento de su EP Calor, Diego Vergara definía su faceta de Tonossepia como “una música sexual”. Más allá del sentido cómico que pueda tener esa frase, lo cierto es que la presentación del netlabel Modismo en el ciclo Noa Noa fue, a su modo, sexual. Confusa, innovadora y algo onírica, pero sexual.

Una pieza de melodías brumosas y beats suaves, fue la que dio inicio a la presentación de Tonossepia. Acompañado por DJ Vaskular (theremin, tornamesas y efectos) y Edén Carrasco (saxo alto), Vergara mostró un set inusualmente orgánico: sonajeros, silbatos de juguete y cascabeles fueron los verdaderos protagonistas de una sesión más analógica que digital. Esta dinámica orgánica se complementó con el aporte de Carrasco, quien logró intervenir armónicamente sin opacar el trabajo sonoro de Tonossepia, y las maneras en que Vaskular sacó provecho de sus máquinas: los scratches como percusiones, los samplers como murmullos y el theremin como un juguete, llenaron de matices la presentación.

Si la presentación de Tonossepia se caracterizó por la compenetración entre los músicos, la complicidad de estos con el público y, por consiguiente, una humanización de la electrónica –en la metáfora del sexo: el cuerpo y el alma– la de Blit (Cristóbal Korenblit) fue, aunque suene contradictorio, tan impredecible como coherente: la confusión y el desenfreno.

Acompañado por su hermano Francisco al saxo alto, Korenblit entregó un set de bases densas y pulsos acelerados, que se contrapuso con la calidez entregada por el instrumento de su hermano. Ahí donde Blit entraba con distorsiones, crescendos rítmicos, juegos de perillas y una superposición de texturas ásperas, su hermano enfilaba con suaves melodías inspiradas por el jazz y el blues. Esta aparente dicotomía entre uno y otro no pueden ser tomadas como sinónimo de dispersión si no, por el contrario, de unificación. Daedalus, uno de los músicos favoritos de Blit, mencionaba en una entrevista que en la actualidad todos los estilos musicales han logrado confluir hacia el punto en que es posible mezclar todo con todo, sin que existan piedras de tope para ello.

Aunque confuso en su definición, Dadaelus tenía razón. El cierre en solitario de Blit con su tema “Otra vez” – una tormenta de ritmos agresivos, pero bailables, sobre un set de dulces melodías- parecieron confirmar las palabras del californiano: el público giró su cabeza y centró su atención sobre la figura que, concentrada en su laptop, mostró un lado salvaje e intimidante, pero a la vez cálido y frágil. ¿Confuso? Si… pero ya lo decían Sonic Youth hace tiempo: confusion is sex. O como acá: confusion is rap.

Por Gabriel Pinto

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