The Jesus and Mary Chain @ La Cúpula Freddy Olguínmayo 23, 2014BlogDestacados2 comentarios The Jesus and Mary Chain Teatro La Cúpula Jueves 22 de mayo Fotos: Rodrigo Ferrari No todos los días uno se encuentra -o reencuentra- con un par de tipos como los hermanos Reid. Incapaces nosotros los expectadores de disimular la sorpresa y emoción de ver en vivo su leyenda, solo nos queda entusiasmarnos paulatinamente con esas melodías y fornidas murallas de sonido que a través de las décadas han resistido intactas, y que en esta segunda oportunidad en nuestro país sonaron como himnos. Una noche fría en los alrededores de La Cúpula, pero ahí estaban los Reid repasando una vez más su particular visión del rock, demostrando que el noise pop aún les queda a la medida y que tanto en sus arranques de bella agresividad (“Taste of Cindy”, “Craking up”) como en su oscuro hedonismo (“Head on”, “Some candy talking”) son aún infalibles. Pese al carácter semi impertérrito de Jim, lo suyo sigue siendo el arte de estragar oídos con estilo. Con un cuidadoso repertorio que intentó conservar y mostrar los aspectos más altos de su carrera sin correr riesgos, los escoceses lucieron su cancionero ochentero con gracia, provocando especial éxtasis con las piezas del gigante Psychocandy (“The hardest walk” precisa) y su hermano ¿menor? Darklands (“Happy when it rains” nos acarició a todos), que los más fieles recibieron agradecidos, sin jamás desmerecer el resto de su discografía. “Halfway to crazy” y la entrañable “Just like honey” fueron parte de lo más celebrado, dando paso a la retirada momentánea de los músicos, dejando a un público eufórico que pedía más. Hasta el momento los más exigentes se quejaban de lo escueto, otros de lo poco sorpresivo del setlist, prácticamente calcado de su reciente show en Buenos Aires, y bastante similar al de su primera visita en el marco del festival SUE en 2008. Los Reid y sus muchachos vuelven al escenario y La Cúpula recibe otra descarga vía Psychocandy. A minutos del cierre “Reverence” fue una victoria, un sueño cumplido para muchos. “No tenemos más canciones”, mintió el señor Jim un rato antes y apenas completando un poco más de una hora de show. Los sucedáneos podrán subir la velocidad, pero nunca lograrán alcanzarlos. Fotos: Rodrigo Ferrari