Yo Escucho #25: Boris Orellana y Claudio Ruiz Cristian Araya Salamancaoctubre 10, 2017DestacadosYo escucho0 Comentarios #YoEscucho es una sección en la que conversamos sobre las canciones y discos que, por estos días, están en los auriculares de los artistas que están haciendo cosas interesantes. La edición 25 de esta sección la dedicamos a los anfitriones de nuestro programa de radio que este año cumple 21 temporadas al aire. Boris Orellana es uno de los fundadores de Super 45 –junto a Cristian Araya Salamanca y Arturo Figueroa– y ha sido la voz constante desde lo días en que el programa se transmitía en la Radio de la Universidad de Chile, pasando por Radio Concierto y Duna FM. Claudio Ruiz se integró a la radio en 2012, aunque integra nuestro equipo desde seis años antes. En estos cinco años han desarrollado una particular química basada en sus particulares sentidos del humor y preferencias musicales. Foto: Simonne Cifuentes Boris escucha: Niños del Cerro – Contigo (Single, 2017) El gran regreso de una de las bandas que han dado que hablar en medios nacionales e internacionales. Acá muestran los matices rítmicos que se bailan en sus tocatas en vivo pero que no estaban tan logrados en en su debut Nonato Coo (Piloto, 2015). Melodías contagiosas que me suenan a una especie de The Rapture altiplánicos… una canción ideal para comenzar el día laboral. Ya es hora que los comencemos a disfrutar mas en las programaciones de las radios y festivales de renombre. Jakuzi – Istedigin Gibi Kullan (Fantezi Müzik, 2016) Tuve un encuentro fortuito con este trío turco, buscando música interesante para el programa. Buceando en youtube me encontré con estos chicos que no se sabe sin son post punk o derechamente electro pop, pero me recuerdan a las primeras cosas del sello DFA y también al inicio de Cut Copy. Me gusta que no suenen tan sintéticos en las bases, que se note que hay batería real y una línea de bajo de esas que matan. Un tema épico con líneas de teclados que se lucen a cada minuto, no entiendo nada de la letra, porque cantan en su idioma natal, pero aun así su vocalista le da mucha personalidad. El Mató A Un Policía Motorizado – Tesoro (La síntesis O’Konor, 2017) Otro regreso muy esperado es el de estos argentinos que han ido creciendo en mi colección. Los conocí por el 2009 y me parecieron bien. Pensaba que esta ok que la escena latina necesitaba sus Yo La Tengo, pero mi impresión fue mejorando al ir conociendo el trabajo que hacen en el sello Laptra y sus trabajos posteriores. Ya me habían adelantado que este single sonaba más pop, pero cada elemento sonoro está ahora potenciado por MIL; las guitarras suenan cristalinas, Santiago canta mejor que nunca –digno heredero de Stephen Malkmus– y los coros están bien marcados… El quiebre final con esa guitarra media “Hendrix get drunk” y el contrapunto del teclado. Como dice la canción ” …que hay de malo en todo esto”. Hermoso. Dato aparte: Es la canción más coreada con mis peques en el auto : ) Pumuky – Los enamorados (El bosque en llamas, 2009) En los 90s, nuestra única conexión musical con Europa eran la revista española Rockelux y los semanarios británicos NME y Melody Maker. Estos medios llegaban con semanas de retraso pero nos ponían al día de lo que sucedía por esos lados y, dado que la escena indie chilena era incipiente, era inevitable no identificarse con los sonidos españoles. Durante estos años he entrevistado a muchos de mis héroes en el programa (Sr. Chinarro, Los Planetas, Triángulo de Amor Bizarro, La Habitación Roja, etc.) pero también he tenido la oportunidad de conocer a bandas más nuevas como Pumuky, a los que he seguido con mucho interés desde hace varios años. En “Los enamorados”, los hermanos Ramírez –líderes del grupo– escriben uno de esos himnos gigantes, una especie de balada a la Coldplay pero con una atmósfera lúgubre gracias a ese piano que va creciendo de a poco a poco. Catherine Wheel – Bill and Ben (Ferment, 1992) El revival de las guitarras noventeras y las reediciones de esa época me tienen en la gloria, pero es inevitable volver a uno de mis discos de cabecera como es Ferment, debut de Catherine Wheel. Es un álbum que me sé de memoria y cuando estoy en mi fase ruido blanco me quedo pegado con “Bill and Ben”, donde se marca el peak shoegazer de esta banda de Norfolk, Inglaterra. Una canción perezosa que tiene unos quiebres inesperados y unas voces celestiales que hacen el contrapunto con la saturación del wah wah. La canción muestra una textura distinta a sus compañeros de escena y creo que es muy clara la producción del Tim Friese-Greene, quien también trabajó en los últimos discos de Talk Talk Claudio escucha Happyness – Falling down (Write in, 2017) Estos británicos ya habían sorprendido hace un par de años con su debut y en 2017 que acaban de editar un disco como si se tratara de clavar la bandera del indie rock más clásico en la cima de la montaña. Las coordenadas las sacaron de discos de Teenage Fanclub y Pavement, lo que sólo puede ser bueno. Run the Jewels – Legend has it (RTJ3, 2016) Desde hace años venía siguiendo la carrera de El-P, una de las mitades de RTJ. De las cosas que más me gustaban era el sentido del humor y la inquietud de buscar sonidos en rincones imposibles. Claro que cuando juntó fuerzas con Killer Mike, algo explotó. Car Seat Headrest – Not what I needed (Teens of denial, 2016) Los sueños adolescentes son difíciles de vencer, advertían los Undertones un montón de años antes que naciera Will Toledo, el vocalista y letrista de Car Seat Headrest. A mi con este disco me vuelve el alma al cuerpo a punta de letras brillantes, riffs endemoniados y sentido del humor. “Toda la vida he estado esperando por porno de verdad, algo con sentido” -canta Toledo en esta canción- “quiero hacer que mi vergüenza sirva para algo”. 3 coloradas. A Tribe Called Quest – Check the rhime (The low end theory, 1991) Siempre quedo hechizado por el flow de Phife Dawg y Q Tip cuando los escucho rapear. A Tribe Called Quest (junto con De la Soul y otras lumbreras de la época) intentaron mover el eje del hiphop fuera de la narrativa de machos alfa y llevarlo fuera de los espacios de confort tanto en términos de sonido como de letras. Phife Dawg respect. Kendrick Lamar – HUMBLE (DAMN, 2017) La crítica musical del norte, tan dada a la grandilocuencia, insiste en considerar a Lamar como el mejor rapero de su generación. Si bien Lamar ha estado haciendo cosas desde el 2004, recién el 2011 editó su primer disco y con To pimp a butterfly (Top Dawg, 2015) se gana el cielo con una amalgama de crítica social, hiphop y avant-jazz. “HUMBLE” es el súper single del 2017 y –ya que estamos grandilocuentes– tiene el pianito más pegajoso de la década. A veces pillo desprevenido a alguno de mis hijos y les digo, como preguntando, “sit down!”. Me responden siempre, con una risa, “biamohl”.