Beastie Boys – The Mix-Up (Capitol) Claudio Ruizagosto 17, 2007Discos6 comentarios Aunque no parezca, la mayor gracia de los Beastie Boys no es que se hayan hecho camino en un tipo de música monopolizada desde sus comienzos por músicos afroamericanos. Como los refractarios del barrio que son, la gracia es que han sabido llevar al hip hop hasta los límites de la experimentación, coqueteando descaradamente con el rock e, incluso, siendo invitados a importantes festivales de jazz. Es que Mike D, Adam Yauch y Adrock Horowitz desde sus comienzos han intentado alejarse del calificativo facilista de blancos haciendo música de negros, torciéndole la nariz tanto a fans como a críticos, siendo sujetos de continuas transformaciones. No es casual, por tanto, que hayan pasado más de veinte años desde aquel rabioso y adolescente Licensed to Ill a la pulcritud de su más reciente entrega The Mix-Up, donde dejan las rimas y los falsetes a un lado de la sala de ensayos para concentrarse en la exploración de sonidos en base a baterías atinadas y riffs tranquilos y reflexivos. Si bien en el exitoso Ill Communication ya se mostraron en gracia para insertar temas instrumentales en una selva de experimentaciones con bases, ritmos y rimas afiladas, y hace más de diez años atrás ya se habían atrevido con un largo como el incomprendido The In Sound From Way Out!, The Mix-Up va varios pasos más allá; hace años la instrumentalización parecía ser sólo una forma de ocultar baches creativos, ahora se convierte en el camino para enrostrar una madurez musical de la que pocos pueden hacer gala. Sin ser un disco redondo, completo ni mucho menos rockero, como en principio fue catalogado, The Mix-Up es el resultado de un camino en el que jamás podríamos apuntar a los Beastie Boys con el dedo de la autocomplacencia ni de la falta de rigor. La apuesta que supone montar un disco instrumental -con órganos por doquier y marimbas luego de varias décadas de scratches y sampleos abusivos- lejos de ser un bache en la carrera de un grupo de cuarentones acabados, supone descubrir, a través de nuevas fórmulas en el mismo laboratorio, el ethos del hip hop.