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Uno de los mayores méritos del disco de Burial, Untrue, es el de otorgarle un punto de vista interesante a música que en otras circunstancias se catalogaría de dance, o bailable. La precisión de los ritmos, los pasajes ambientales y futuristas, además de tiempos más lentos, permiten el escape hacia espacios exóticos y marcados por roces orientales. House en dopamina, hip-hop en estado de after hours iluminado, este álbum sorprende en lugares insólitos. No es para menos viniendo de la mente de su solitario creador, un tipo esquivo, del que pocas personas conocen su verdadera identidad, que no da entrevistas -la única está publicada en el blog de su sello http://hyperdubrecords.blogspot.com/-, no se saca fotos, ni toca en vivo.

Burial posee un permanente estado de letargo, de loops que se desarrollan con modorra. Temas como ‘Dog shelter’ transcurren de manera pausada, en un coma que no se sabe si es apacible o sin retorno. Con aires retro, las canciones de Untrue saben seducir gracias a un gusto acertado a la hora de elegir sonidos, con un fuerte en los bajos. Estas se estructuran en un clasicismo house que suena divertido y sin pretensiones, en una era donde todos quieren el último plug-in.

Dentro de lo bueno de un género que se ha vuelto enorme, Burial entrega un disco trabajado, producido al detalle, con un ensueño especial y de otra época. Melodías melancólicas y nostálgicas de club… ¿Es posible? Con álbumes como Untrue, parece que sí. Deep techno, pero en el más literal y mejor sentido de la palabra.