No todos pueden darse el lujo de comenzar un disco con un ícono del cine como Karen Black. Seguramente advertido que su nuevo intento musical le podría valer la inclusión en la larga y tediosa lista de cantautores folk hipsters que sobrepoblan la escena musical actual, Cass McCombs da inicio a su cuarto disco con 3 tracks que dejan en claro que estamos ante algo más que “lo mismo de siempre”.

La sobriedad de la propuesta de Catacombs contrasta con los delicados arreglos que acompañan a una guitarra protagonista que, a punta de legatos, impregna canciones como “Harmonia” -y, especialmente, “You saved my life”- con un aura de melancolía que puede llegar a confundir a los taxónomos de la música, siempre ávidos a encasillar un disco al que no le quedan bien los géneros.

Puede que las tonadas de McCombs no tengan nada de especial, pero -por debajo de las expectativas y ajeno a los prejuicios que ahogan a la crítica- te encuentras con un disco por sobre el promedio que, si bien probablemente no cambie tu vida, al menos durante sus 50 minutos la hará mucho más agradable.