Si es que hubiese que permitir algún lugar común del sociologismo frente al debut “oficial” de Colectivo Etéreo podríamos decir frases como: “es un disco que se hace pertenecer fácilmente a su contexto”, o “no podría haber sido concebido en otro momento”. Y para justificar algún tipo de hallazgo, acá habría que aclarar algunas cosas: el disco no es el “primero” en nada, está lejos de cualquier hype (no por que no pueda serlo si no por que no es un punto de partida) y tampoco pretende inventar algún tipo de chapa para ofrecer algo nuevo al mercado musical. Todo lo que hay acá es honestidad.

Y sí, podríamos decir algunas cosas más. Este podría ser el primer disco hip hop arraigado en un espíritu post-transicional, circunscrito de lleno en la perplejidad del que circula en el paisaje de una ciudad que cambia, que guarda derrotas, sacrificios, carencias, llamadas teléfonicas que no se corresponden e incertidumbres vitales; todo al ritmo del iPod. “Post”, como Lemebel, Rojo o Mekano, versus Anticon -el sello, por si no se entiende- (nuestro mayor dilema cuando tenemos apetito / es elegir entre cheeseburger o sanguche de potito, dicen en “Cheeseburgers, metro Los Héroes y soledad”). Y si abundan las preguntas y las historias relativas a las pérdidas amorosas o a las ganancias “odiosas” es quizás por que aún, con todo lo que en el contexto actual puede significar el acceso tecnológico e informativo (de lo que también es hijo Colectivo Etéreo), las preguntas básicas en torno a mi yo-con-otros no parecieran ser resueltas (yo aún soñaba con verte en “Pasiones” / pero pucha que me duele no ver que te emociones (…) todo me recuerda a tu lado tierno / es esto amor o estar enfermo?, dicen en “Domingo” o Te crees especial y eres una persona más/ te hablé te escuché / pero vaya que me rechazaste en “100% Lambda”).

Y acá están estos hablantes-Mc’s. Con aciertos y confusiones, preguntas y respuestas; en una permanente lucha entre la afirmación vital y la depresión endógena. Una voz etérea, colectiva, con aspiraciones a ser un relato ¿generacional? Aquí quizás la primera pregunta es ¿se detiene acá el trabajo con las palabras?

Pero todo esto no sería nada sin una factura musical que (lejos del bajo saturado y los efectos especiales del hip hop barrial), se acerca al hip hop de bases soul (de A Tribe Called Quest, The Roots o Digable Planets) pero con una inevitable intuición melódica, apreciable en “Avanzando y la citada” “Domingo” (¿R&B de tinte melodramático?), “100% Lambda” (¿una (a)versión de Makiza?), coqueteos con lo abstracto en temas como “Nadie lo sabe”, “Indescriptible” o “Sinónimo de antónimo” (que pesan por sus atmósferas algo más espesas), siempre con una selección de samplers que da cuenta de eclecticismo musical (incluyen hasta a ¡Rafaela Carrá!).

En fin, una primera prueba sólida que da un formato a canciones que hasta ahora se encontraban coleccionadas en su primer mega-demo de 25 temas, y que se espera tenga las repercusiones que merece. Razones hay muchas.

www.colectivoetereo.com
www.myspace.com/colectivoetereo
www.neurotyka.org/