Oh no, el nuevo álbum de Jessy Lanza, confirma que las segundas partes pueden ser buenas, insistiendo en una fórmula que en el papel no parece novedosa (el Junior Boys Jeremy Greenspan repite en los controles), agregando complejas estructuras electrónicas que otorgan renovados bríos a las canciones de la oriunda de Ontario.

Retomando el ensamble pop/R&B/electrónica, el groove digital de Lanza puede recurrir a irresistibles “baladas” como “I talk BB” o “Begins”, donde la cantante demuestra su vocación más íntima, o inquietar con el ritmo punzante de “It means i love you”. Los beats con guiños al footwork de esta última, sintonizan con el difundido single “You never show your love”, que la artista lanzó el año pasado con remezclas de DJ Spinn y el desaparecido DJ Rashad.

El ritmo de “Vivica” nos trae de vuelta a la Jessy Lanza de singles anteriores como “Kathy Lee”, aunque el trabajo percutivo en todo Oh no parece más desarrollado que el debut de la cantante. Insinuar emociones, más que exponerlas de manera visceral, es el sello de Lanza, pese a que temas con tendencia al club como “VV Violence” o “Never enough” digan a veces lo contrario. La voz siempre cálida de la canadiense hace juego con los sintetizadores y recursos electrónicos administrados por el experimentado Greenspan, capaz de transformar la austeridad en sofisticación y riesgo.