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Desde un comienzo se presentó como un disco complejo de describir y analizar. Yo ya estaba en antecedentes que en esta ocasión habían incorporado, como nunca, bases electrónicas y que sonaban diferentes a su anterior álbum. Por esto, la crítica pensaba hacerla a nivel comparativo con lo que se le conocía anteriormente de esta banda y el desafió que implicaba editar un disco que se salía de la norma que le conocemos; los amos y señores del slowcore, el grupo que más lento toca pero uno de las que más fuerte estremece. Documentándome al respecto, fui conociendo sucesos importantes que rodearon la creación de este trabajo y ciertamente clarifica muchas cosas que estaban en cuestión. Por tanto, el objeto de análisis se fue ampliando y ya no sólo daba para referirse a un nuevo disco, sino que a lo que ha pasado en la vida de una gran banda. De hecho, más que paracomentario de disco esto daría para una crónica. Pero me remitiré a lo que se pide y trataré de expresar mi parecer.

Contexto previo: Después de las giras de The Great Destroyer (2004), Alan Sparhawk cae en una gran depresión y Zack Sally abandona la banda por voluntad propia (es reemplazado por Matt Livingstone), mientras Mimi Parker cría a su hijo y acompaña a su marido en esta crisis desvastadora. El futuro de la banda estaba en juego, la incertidumbre se apoderaba del todo. El cansancio y desgaste se puede notar en el documental Low in Europe. No estaban los ánimos para golpear las guitarras como lo habían hecho en su disco anterior. La destrucción ya se había hecho, ahora era el tiempo del desfile mortuorio al redoble de tambores. Nuevamente bajo la producción de Dave Fridmann, le encargan que su nuevo álbum cambie de giro y se vuelva frío, duro, tenso y distante, reflejando el sentir del momento. Un acorazado musical que expíe las culpas y no haga caer a la banda en la desintegración. Vista al frente y a guardarse las lágrimas.

El disco: Baterías grabadas como base, sonidos y voces alteradas, superposición de instrumentos, campanazos, uso reiterado de sintetizadores y samples. Todo para un sonido penumbroso y sintético. ¿Mr. Fridmann se ha adueñado de este disco? Pareciera que la conjunción de elementos opacara el verdadero desempeño que puede rendir la banda con menos (¿o es parte de mi fundamentalismo con Low?). Y las letras, el medio de desahogo que a través de temáticas actuales (violencia, destrucción, guerras, muerte, miseria, armas, división social, etc.) expresan los bajos sentimientos que pesaron en el proceso creativo. Como bien leí por ahi : “se puede hablar de Drums and Guns como el disco político de la banda, la influencia del entorno y las ganas de salpicarse en la contienda ha llevado a la banda a firmar una de sus obras más oscuras, graves y profundas”. El sentido de duelo fúnebre hace de éste un trabajo de lo más denso que se le conocen a los de Duluth. La brevedad de algunos temas y la sensación de que se quedaron cortos, da a entender que tal vez faltó desarrollo compositivo y fue un disco que salió antes de tiempo, apurado por la necesidad de expresión y alivio. ¿Las canciones?, innovadoras como ‘Breaker’ y esa onda media psicodélica, o el dueto con bases de ‘Always fade’; otras más tradicionales (‘Dragonfly’, ‘Your poison’), epopéyicas (‘Sandinista’) u oscuras (‘Take your time’), pero no encontré una que destacara de primera. Tal vez para más repasadas.

La opinión: Tal complejidad de situaciones, sensaciones y temáticas, hacen de Drums and Guns un disco rupturista en la carrera de Low. Siempre asumí que Low era de aquellas grandes bandas que siempre sacan buenos discos, obviamente con pequeños altibajos, pero en este caso tal situación varió y lo entiendo como un período difícil que han atravesado. Como seguidor espero que haya una redención (a propósito de su condición de mormones). No es un mal disco, para nada, pero está bajo la media de lo que conocemos. De todas formas debe ser escuchado si eres fan de la banda. El acogimiento, el abrazo en la tristeza y la calidez son parte de las claves que hacen de Low una experiencia y eso se hecha de menos acá. Lo gratificante es saber que cuentan con el inmenso potencial para seguir creando monumentos musicales que sigan despertando nuestra adoración.