Con las bandas de determinada trayectoria pueden pasar dos cosas. Que tengan un sonido distintivo pero que no logren reinventarse lo suficiente como para perdurar. O bien, como My Bloody Valentine, que sigan vigentes, pero dejando pasar eternidades entre un disco y otro. Low, una de las bandas más importantes de la música independiente gringa, no entra en ninguna de estas dos categorías. Tienen un sonido intenso, intransigente, hermoso, lento y triste. Y han sacado 16 discos, en 19 años de existencia. The invisible way, su nuevo disco, es el más vibrante en años.

Y viene con una gran novedad: es el primer álbum que Jeff Tweedy de Wilco produce. Se nota su mano, porque le da calidez al sonido midwestern congelado de Low (originarios de Duluth, Minnesota). Por otro lado The invisible way es quizás el disco más pop de Low en años, y no podría no serlo, considerando que se grabó en el estudio de Wilco en Chicago.

Si bien las canciones siguen siendo minimalistas, el piano y arreglos vocales llenan el sonido del disco. Lo que genera canciones que hasta parecen singles, como “Just make it stop”. Una canción, que tal como el tren descarriado del que hace referencia, es una alegoría a la irracionalidad de no poder parar una discusión sin hacerle daño a la otra persona. Porque The invisible way está lleno de canciones llenas de remordimientos y de autocontrol que conviven con otras de una belleza majestuosa y emoción desbordantes. Quizás, como se escuche alguna vez, el sonido de una terapia de pareja de un matrimonio que lleva 18 años juntos y que trabajan como una banda. Y que tenga como eco la promesa de que lo mejor está aún por venir.