Esto es elegir muy bien el nombre de un disco: a pesar de que tenga varias referencias de los últimos 40 años de la música británica (desde el synth al brit pop), la propuesta de cortar y pegar para hacer algo nuevo de Oscar (Scheller) se escucha tremendamente fresca.

Antes de sus 24 años, y habiendo editado en 2015 su EP Beautiful word, la prensa especializada anglo ya hablaba de este cantautor, gracias a una gira por Estados Unidos y simpáticas entrevistas. Pero más allá del hype, Oscar comprende bien lo que es el pop y lo resuelve de manera impecable en canciones animadas y cálidas, donde la melancolía está presente de forma subterránea.

En Copy and paste, el londinense supo componer atractivas melodías, y una de las más pegadizas es “Sometimes”: un diálogo de tímido coqueteo con su coterránea Florence Van Camerijk que respira el pop bailable e inteligente de Human League. También está la belleza que queda de las malas relaciones en “Beautiful words”. La voz de barítono y bien adulta que nos recuerda a Neil Hannon (Divine Comedy) confunde, porque de lo que está hablando es de pasar tiempo en su pieza (solo o acompañado), sentirse inseguro y esperar alguna guía para actuar. Pero esas son las letras, esas historias van quedando atrás mientras Oscar pavimenta su carrera con la mejor manera de hacer música: poner el foco en hacer un pop recordable y atractivo.