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No es de sorprender que las factorías alemanas nos entreguen cada día más proyectos interesantes, todo esto gracias una gran camada de productores y proyectos llenos de talento venidos de estas tierras. Así lo son Apparat, Uwe Schmidt, Tobias Thomas, Kosmischer Pitch, por nombrar algunos de los que nos han mostrado toda una ejecución sonora maquiavélicamente pensada para provocar inmensas emociones. A esta lista ahora se les une lo nuevo de Pantha Du Prince, This Bliss, una de las nuevas joyas que nos trae el sello Dial.

Con Diamond Daze (Dial, 2004), el productor y cerebro de este proyecto Hendrik Weber (Glühen 4, Panthel), nos entregaba toda una cantidad de texturas que escabullen por espacios llenos de melancolía pura y fina, preparadas tan milimétricamente que terminan por expandirse en atmósferas celestiales, en ocasiones cálidas e intensas; en otras frías y oscuras. Toda esta experimentación en This Bliss, sigue manteniendo esa misma línea; composiciones que rayan entre el post–minimal con fragilidad orgánica, de un downtempo controlado y que no se abstraen en ningún momento, muy por el contrario, mantienen un equilibrio tal que se hacen perceptibles en todo momento.

Ese increíble engranaje musical sigue siendo un poco difícil de describir; una obra que parece tan mínima, pero que detrás esconde un trabajo de ingeniería mayor: ¿estamos hablando de minimal techno? ¿una mezcla entre techno house con escapes ambient pop? Lo cierto es que gran parte del mérito lo tiene este también DJ y fabricante de muebles, que despliega tal arsenal digital entre sintetizadores, programación y percusión, para situarnos en episodios reservados para proyectos como Superpitcher o Lawrence, provenientes de sellos tan demenciales como actuales; así lo son Kompakt o Dial.

‘Asha’, track que abre el disco, es una sublime y majestuosa combinación de bajos y percusiones en estado de gracia, al igual que ‘Saturn strobe’, donde se internan crepusculares instrumentos de viento, en una mezcla perfecta que se deshace como un susurro en el aire.

Detalles compositivos que colisionan entre sí, saturando las atmósferas sin caer en auras pretensiosas, son las que encontramos en ‘Walden 2’, mientras que los esbozos electro-dance-house, se sienten en el sudoroso e insoslayable beat de ‘Moonstruck’, la composición que se ubica más en las pistas de baile.

‘Eisbaden’ se forma a través de bases microscópicas que forman hermosos y vibrantes paisajes llenos de carga emotiva, lo que decae un poco con ‘Urlichten’, sin duda una de las canciones más experimentales de este álbum. ‘Florac’ nuevamente vuelve a cautivar pero deja de lado la sobriedad de un principio, entrando directamente a rincones más ambientales donde los hilos rítmicos toman un aire fundamental, en una jugada inteligente del alemán para no caer en la monotonía. En ‘Steiner im flug’ y ‘Seeds of sleep’, se vuelve al trance hermoso, lleno de hallazgos emocionales y con una manipulación de recursos tan pulcra, que le permiten sonar único, perpetuarse en los oídos.

Este paseo sensacional que nos da This Bliss, se transforma en algo alucinante. Sin lugar a dudas, este músico y productor nos muestra uno de los discos más destacados del año, trasformando esa pictórica belleza de la cual nos habla en todo momento, en una epopeya de sensibilidad y talento; un universo mágico y tranquilo donde, por fin, aún es posible descansar.