lrjb5.jpg

Dejando a un lado la forma controversial en que los ingleses han entregado su nuevo disco al público –al respecto, les recomiendo leer el completo artículo de nuestro columnista Claudio Ruiz -, In Rainbows es un paso muy valioso para Radiohead y el contexto musical en general.

Por primera vez en varios años, Radiohead presenta un conjunto de canciones innovadoras y atractivas. Estos chicos de Oxford no habían bajado la calidad de su propuesta, pero ningún público joven daba mayor atención a un estilo enmarcado, demasiado reconocible y francamente aburrido. Kid A (Capitol, 2000) fue un sorpresa en su momento, Amnesiac (Capitol, 2001) reveló un grupo cada vez más críptico y encerrado en sus ideas, y Hail to the Thief (Capitol, 2003) significó un cambio de ruta incompleto, lúcido a ratos y forzado en el resultado. Tal como indica su nombre y sin ironías mediante, In Rainbows es un trabajo luminoso, una superación de los estigmas depresivos que habían caído, con mayor o menor justicia, sobre una banda emblemática de los noventa y, por sobre todas las cosas, una demostración sutil y elegante de cinco músicos muy concentrados en su trabajo.

Si nos ceñimos a las diez canciones publicadas a la fecha, la única balada característicamente letárgica es ‘Nude’, antigua canción de guitarras que Radiohead tocaba ya en la época de Ok Computer (Capitol, 1997). La han despojado de su carga eléctrica, creando una suite con reminiscencias a ‘How to dissapear completely’, por la introducción de violines, pero claramente etérea y sintética, con un aire futurista y distante que domina este disco, junto al bajo sólido de Colin Greenwood y la batería delicada y despierta de Phil Selway.

In rainbows juega todas sus cartas a la levedad y el trabajo perfeccionista de cada pieza. Su primera mitad es brillante. ‘15 Step’ es una comunión sabrosa de electrónica y la rítmica sugerente de las guitarras eléctricas, un punto de encuentro ecléctico de los distintos gustos que rondan a Radiohead- el free jazz, la electrónica vanguardista de patrones ambient y el dub en una proporción subterránea. ‘Bodysnatchers’ tiene la sangre jovial del rock de The Bends (Capitol, 1995) y Ok Computer, con todas las guitarras cruzadas a la perfección para una melodía surf. La perfección emotiva y técnica se encuentra en la pareja ‘Weird Fishes/Arpeggi’ y ‘All I Need’. La primera brinda una dulzura milimétrica que se torna bocanada energética, en función de un avance muy intenso, con distintas fases melódicas y aceleración continua. En cambio, ‘All in Need’ es casi una respuesta paralela al post-post rock, alternando una balada distante, de suciedad emotiva y amorosa, sobre un fondo de delicada tensión ambient y puntillismo de xilófono, estallando finalmente con toda la potencia de piano y el resto de los instrumentos, destacando la voz de Yorke como un instrumento musical más.

La segunda mitad de ‘In Rainbows’ es más irregular, incluyendo baladas folk a lo Lennon (‘Faust Arp’) y nuevos intentos dub delineados por el estilo solitario de Yorke (‘House of Cards’) que no se clavan a la medida ni terminan convenciendo. En cambio, ‘Jigsaw Falling into place’, y sobre todo ‘Reckoner’, son piezas menores intrigantes. ‘Videotape’ cierra en forma quebrada y arriesgada, introduciendo al auditor en grietas complejas con el empleo mínimo de instrumentos y superposición atemporal de distintas capas.