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Algunos tracks escondidos en ediciones de vinilo y tres rarezas sin publicar contiene la fina selección de Sonic Youth para The Destroyed Room, B Sides and Rarities, un recorrido por parte de su historia con Geffen Records, relación que parece haber llegado a su fin.

Las canciones pegadas en este compilado fueron creadas entre 1994 y 2003 lo que ayuda a su unidad, y al mismo tiempo descarta la intervención de miradas nostálgicas a sus primeros tiempos rebeldes y afilados. Se trata más bien de joyitas robadas de otros tiempos en un tono más adulto, pero igualmente –al tratarse de rarezas- más lejanas al pop que sus últimas producciones.

El trabajo, mayormente instrumental, da rienda suelta a la imaginería del cuarteto neoyorquino con grandes aciertos que permiten echar una mirada a los procesos de creación donde no faltan las magnánimas improvisaciones que luego se registran en forma calculada o variaciones sobre una misma obra, como ‘The diamond sea’ (originalmente editado como lado B del single del mismo nombre incluido en Washing Machine, de 1995). Este temazo -que con un final alternativo se empina por sobre los 25 minutos de duración- pone el broche de oro a la placa, que a pesar de estar formada por trozos extraídos de lugares difíciles incluso para los coleccionistas, funciona como una unidad.

Desde ese final nos saltamos al principio, ‘Fire engine dream’ (corte inédito trabajado para Sonic Nurse), que entra casi un ejercicio de estilo. Ahí viene el melódico vuelo instrumental de ‘Fauxhemians’ (originalmente incluida en All Tomorrow’s Parties 1.1). Luego el interludio semi-acústico ‘Razor blade’ de un minuto para dar paso a una de las mejores piezas de este compilado: ‘Blink’ (del soundtrack Pola X), donde la voz de Kim Gordon lidera arreglos orgánicos en una especie de plegaria ciega, con esos efectos tan personales que sólo se pueden identificar con estos padres del indie rock.

Reverberaciones y otros ruiditos eléctricos se disparan en ‘campfire’ y ‘Loop cat’, ambos publicados en distintas recopilaciones. Bien por la melódica ‘Kim’s chords’, que será sucedida por la compleja y exquisita ‘Beautiful plateau’ (ambos bonus traces de la edición japonesa de Sonic Nurse). De ahí luego el asunto es puro sumar y seguir con las joyas inéditas, también instrumentales, ‘Three Part Sectional Love Seat’ y ‘Queen Anne Chair’, las dos creadas para The Noho Furniture Sessions (2001), todo un deleite a base de guitarras con el inimitable sello de Sonic Youth.