Cuando ya pensábamos que The Organ había pasado a la historia tras una inoportuna separación, la banda edita un nuevo disco para declarar, nuevamente, que esto será lo último que podremos disfrutar del mítico grupo canadiense. Cuatro años distancian a Thieves de Grab that gun (Mint Records, 2004), y la agudeza se mantiene intacta. Sus referentes siguen siendo los mismos, desde las cuerdas de The Cure, pasando por las melodías inquietantes de The Smith, hasta el afilado sonido post punk de Interpol. De hecho la sencillez de temas como “Even in the night??? o “Let the bells ring??? nos remontan aún más a la fuente: Joy Division.

Si bien sólo en “On what a feeling??? logran llegar al nivel de hits como “Brother??? o “Memorize the city???, las seis canciones que componen el álbum se presentan como ejemplos de claridad en las ideas y consecuencia en una propuesta que desde Sinking hearts (Sink and Stove Records, 2002) se mantuvo fiel a sus principios: teclados simples, cuerdas en clave ‘80 y bajo y batería post punk endulzados amargamente con una voz fuera de serie. Y es que la intensidad vocal de la andrógina Katie Sketch no ha tenido igual hasta ahora; pura angustia acumulada y articulada en una contención grave, oscura y llena de tonos que van directo a la médula.

Es extraña la imagen de un último disco, sobre todo haciéndose evidente en él la calidad y la entrega del grupo de muchachas queer que, para desgracia de los fanáticos, han declarado que no trabajarán más en conjunto. Este EP no hace sino confirmar un legado mítico, una puntualización en el corto recorrido del post punk que ahora ha tenido demasiados imitadores pero pocos intérpretes de esa tensión que, en el fondo, es expresión de una inquietud espiritual que va más allá de una artificial puesta en escena con colores oscuros y cuerdas afiladas. Basta comparar “Fire in the ocean??? o la fantástica “Love love love??? con cualquier tema de la nueva camada.