¿Y si ganara Obama? ¿Y si, efectivamente, no ganara ese señor que, para no que no se den cuenta que se parece a Bush, se aleja de Bush? ¿Entonces el mundo sería como una canción de The Roots? Más bien, el mundo dejaría de parecerse a una canción de The Roots: esas mismas que, durante quince años, los eternos Black Thought y ?uestlove se han encargado de entregar en píldoras soul, con mayor o menor intención comercial. Las primeras han sido dianas en el blanco como “You got me??? o ‘???he seed 2.0???, las segundas son las que pueblan sus dos últimas referencias: el claustrofóbico Game theory (Def jam, 2006) y (¿el claustrofóbico también?) Rising down. Es que el dueño de la pelota sigue siendo el mismo.

Nacidos en Pensylvania en 1987, más como una unidad soul-r&b que un grupo de hip-hop al uso, The Roots han desarrollado una obra a espaldas del mainstream de turno (desde los pantalones todo terreno de MC Hammer hasta los rentables balazos del gangsta rap), para dar una pátina de musicalidad y coherencia estilística a un género propenso a una muerte temprana. Tomando la posta de Public Enemy en la furia lírica, pero apuntándose a los carrilles de Prince Paul y De la Soul en términos de experimentación musical, la banda (no hay mejor definición para su sonido orgánico) ha explorado más terrenos que buena parte de sus contemporáneos en la música negra. En el cruce entre jazz, soul, rock y hip-hop, The Roots han manufacturado (junto a algunos seguidores más exitosos como Outkast) uno de los manifiestos musicales más interesantes de las últimas décadas. They’re black and they’re proud.

Anticipado engañosamente por el muy feliz single “Birthday girl??? (sólo bonus track en ciertas ediciones del disco) cantado por Patrick Stump de Fall Out Boy, Rising down se apunta más bien como un disco poco amigable, de textos duros y trazos oscuros. Con la inspiración tomada de una obra de William T. Vollmann sobre la violencia institucionalizada y editado como recordatorio de los dieciséis años de la escandalosa absolución de los policías por la golpiza a Rodney King, The Roots crean retrospectivamente la banda sonora de los conflictos derivados del fallo. Por ello las inclusiones de “The pow wow???, conversación telefónica anti industria discográfica proveniente de 1994; “@15???, ejercicio freestyle de un precoz Black Thought en 1987; o la sobre población de MC’s foráneos como Mos Def, Talib Kweli o Truck North.

Rising down, octavo disco de material original de The Roots, entrega una prueba más de la solvencia de una banda ajena a tendencias generales (escasos aportes vocales femeninos aparte de Chrisette Michelle, ninguna figura externa al círculo del hip-hop para atraer a curiosos), destinados a dar un mensaje claro y contundente en tiempos complejos. Con ?uestlove afirmado en su rol de productor, luego de su experiencia con Al Green, una banda aceitada con Kamal, F Knuckles y Captain Kirk, y Black Thought empoderado en su rol de activista lírico, The Roots plantean el mejor llamado a la cordura que se puede hacer en períodos previos a LA elección.