shins.jpg

Uno de los discos más optimistas del quinteto norteamericano –con un nuevo integrante, Eric Johnson- The Shins. La apuesta comienza con la energética ‘Sleeping lessons’, un piano ingenuo que da paso a una fiesta pop de buen tono. Luego le siguen algunas de las mejores canciones del disco ‘Australia’, una casi bailable invitación a volar, la finísima intervención de un minuto ‘Pam Berry’ que bien podría pertenecer al siguiente track, el single ‘Phantom limb’, donde The Shins suenan con esa pasividad de siempre, acompañados por el sonido del pandero y un buen “uh-uhuh??? en el coro.

El asunto decae en ‘Sea legs’ con una intro que parece calcada a un tema de Beck. Al rescate del disco vuelve el piano de cuento de hadas en ‘Red rabbit’ para dar a la primera mitad del disco un saldo positivo.

A excepción del cierre, ‘A commet appears’, con guitarras lánguidas que acompañan una increíble interpretación de James Mercer de regreso a su vena más nostálgica, la segunda mitad de la placa es menos recordable. Sin embargo, Wincing the Night Away obtiene cuentas alegres, sobretodo en cuanto a la buena producción del disco. Se trata de un trabajo ejecutado y perillado a la perfección, ideal para acompañar largos viajes vacacionales por las carreteras de un país tan perdido como el nuestro.